DVD, 2004. 235 páginas. Novela desmadrada y poética de cuando Vilas no había sido engullido por el mainstream ni recibido premios sospechosos. Que bueno era el jodido. Todavía lo es, quien tuvo retuvo, pero cuanto echo de menos el mordiente que ha perdido. Muy bueno. 13. Te estoy buscando Sí, tengo el cuerpo sucio. Salgo por las noches, y te busco, con idea de que me veas, sólo de que me veas. Sólo el hecho triste de que me veas será para ti un suplicio, una tortura indefinible. Porque como me veas, ay, como veas lo que me hiciste te derretirás como una vela culpable. Cuántas veces he salido de casa y he tenido que volver a los tres minutos porque no me tenía en pie, por tu culpa, por lo que me hiciste. No sé si te odio exactamente, pero cuando Dios vaya a comerte el corazón, cosa que hará, quiero estar allí para ver tu cara de cobarde, tu cara de sinvergüenza. Bah, que te follen. Te estuve mirando toda la noche, sentado al lado de tu cama. Entré en tu casa casi por arte de brujería. Aún estabas viendo la televisión. Me escondí en una habitación. Esperé…
Visor, 2015. 148 páginas. Este poemario es el antecedente de Ordesa, poemas escritos desde el punto de vista de alguien que se hunde, como el perro de Goya de la portada. Salen los típico temas de Vilas, el amor extraño a España, la vida de provincias, la muerte de sus padres, el sexo, el anonimato… Personalmente no me importa esa repetición de temas. Me cae bien Vilas. Me parece un amigo contándome sus penas mientras bebemos cubatas en un oscuro pub de Zaragoza y nos olvidamos de la cuesta y del final del camino. Recomendable. THINKIT OVER Piénsalo, a nuestra edad ya no saldría bien. Cada uno viviendo en su casa es mucho mejor, habrá más deseo. Para qué quieres hacerme el desayuno, eso da igual. Yo creo que eso no ha funcionado nunca, pero la gente cumple años, y se dejan llevar, porque enseguida te mueres, y si cumples los sesenta, qué más da. Cenamos los viernes. Nos llamamos entre semana, jugamos. Nos mandamos fotos eróticas por el guasap. Cómo me iba a ir con una de treinta si son todas tontas, ambiciosas y sin talento. Cómo te ibas a ir tú con uno de treinta si son todos…
Penguin Random House, 2018. 390 páginas. Reflexiones del autor acerca de la relación del autor con sus padres ya muertos, el divorcio, sus problemas con la bebida, el reflejo de su propia paternidad… todo escrito con la prosa poética que acostumbra Vilas, demorándose en pequeños detalles que alcanzan gran significado. Recuerdo que una vez leí dos libros de Vilas casi seguidos y me dio la impresión de que el segundo era peor que el primero, lo que me llevó a pensar que su prosa estaba decayendo. Luego me di cuenta de que los había leído al revés, y por lo tanto su calidad iba en aumento. Este libro, sin embargo, sí que es el último y algo más flojo que el resto. Todo lo que se cuenta ya estaba incluído en la Carta al hijo que estaba incluído en Aire nuestro. Menos concentrado, bien escrito, pero sin la intensidad que acostumbran a tener sus escritos. Ha sido un bombazo editorial, y me alegro. Pero no dejo de pensar en que ha pasado lo mismo que con Lincoln en el Bardo, el éxito de los libros menos arriesgados de dos escritores notables por ir a contracorriente. Recomendable. Mi madre siempre conseguía…
Alfaguara, 2013. 388 páginas. Extravagante, exuberante, excesiva, exagerada, excelente… y más palabras con ‘ex’, como sexo, porque ese es el eje de la novela. En un momento dado una estudiante afirma que en la literatura española actual hay poco sexo, y parece que Vilas quiere arreglar la media. Me hizo gracia la faja, que afirma que el autor se pasa al realismo. Si el choque entre una mujer nacida para el sexo capaz de seducir a cualquiera y un moderno don Juan que se acuesta con todo lo que se encuentra es realismo me gustaría saber cómo es el día a día de quien escribió el comentario. Personalmente me ha dado la impresión de un ajuste de cuentas muy pasado de vueltas. He disfrutado cada una de las páginas. —He pedido que nos suban la comida —dijiste. Fuiste al cuarto de baño porque querías ponerte colonia, más colonia, la locura de la colonia, porque mezclaste tres marcas de colonia, Loewe, Kenzo y 212, porque crees en la alquimia de las combinaciones y tú mismo diseñas nuevos perfumes de hombre a base de mezclas fantásticas que se te ocurren en el laboratorio de tu olfato, tu gran olfato, el sentido más…
Buscando reseñas de este libro por la red constato que Manuel Vilas es un escritor que no deja indiferente a nadie, algo que no es sorprendente dada su originalidad. Así en la medicina de Tongoy no gusta:Los inmortales, a Malherido sí: Los inmortales, en la tormenta se descuelgan con una crítica tan amable como extensa: Los inmortales y buscando un poco encuentro una opinión de sí pero no:Los inmortales. En este caso estoy con Malherido, me gusta Manuel VIlas, aunque no todo, sí la mayor parte. Novela no es, son relatos con parecida inspiración, inmortales volviendo a pasear por la tierra. Así Cervantes comienza con una buena juerga por las Canarias, Stalin se le aparece como si fuera la virgen a un pobre psicótico, Picasso y Van Gogh tendrán que vengar a unas gordas a lo Sin Perdón de Clint Eastwood e incluso el propio Vilas, como escritor ya famoso, tiene una conversación trascendente. Espíritu festivo y lúdico y buena prosa. Entiendo que si no te hace gracia no te guste, como pasa con esos humoristas que no nos arrancan ni una sonrisa. En mi caso he disfrutado como un gorrino y meto a Vilas directo entre mis escritores de…