Témpora, 2006. 212 páginas. Tit. Or. The killing of the tinkers. Trad. Antonio Fernández Lara. Después de su primera aventura vuelve de Londres Jack Taylor, esta vez con adicción a la cocaína. Y como por casualidad nada más llegar le encargan el caso de investigar muertes de la comunidad gitana. Repite los mismos esquemas que Maderos con la mujer enamorada, el caso en los límites, el amigo gamberro que le saca las castañas del fuego, el barman comprensivo… es entretenido y en este caso el final me ha gustado más que en la primera parte, pero es lo único que me ha gustado. Entretenido, que no es poco, y que bien me vino cuando lo leí para despejar la cabeza, pero no creo que lea más libros del autor. —No se corte, entre o salga de mi casa cuando quiera, no se sienta en la obligación de llamar antes por teléfono. Torció el gesto y dijo: —Dientes nuevos, ¿eh? Le enseñé el tubo de neón completo. Hizo un gesto de asentimiento y preguntó: —¿Y de cojones? —La hinchazón ha desaparecido. Sacudió la cabeza y añadió: —No me refería a los cojones físicos. —Ah, lo decía usted en sentido metafórico. Devuélvame…
Témpora, 2005.280 páginas. Tit. Or. The guards. Trad. Antonio Fernández Lara. Jack Taylor es un policía expulsado del cuerpo por un severo alcoholismo. Se gana la vida de mala manera como detective privado, con escasa clientela. Pero una mujer le encargará que investigue el caso de la muerte de su hija, de la que dicen que se ha suicidado, pero ella está segura de que no es así. El protagonista es el típico antihéroe, alcohólico como debe ser un buen policía irlandés, y un sabueso capaz de perseguir a su presa sin dejarse corromper por sobornos. Pueden parecer muchos tópicos juntos, pero funcionan como un reloj gracias a los estupendos diálogos y los buenos monólogos interiores del protagonista. La trama, que parece implicar a un alto empresario de la zona, también mantiene la tensión aunque al final se me desinfló un poquito. Aún así una lectura de lo más entretenida y unos personajes a los que se les coge cariño. Otra reseña: Maderos Recomendable. Hay quienes viven sus vidas como si estuvieran en una película. Sutton vive la suya como si estuviera en una mala película. Se dice que la diferencia entre tener un amigo y no tener ninguno es…