Santillana, 2004. 134 páginas. Meandros Libro que llegó hasta mis manos gracias a la generosidad de una amiga; cuando me ofrecen libros voy corriendo, soy un tío Gilito del papel. En Una tumba un antepasado con abundante carisma sigue manifestando su influencia desde el ataud. En Numa un guardián de un bosque cumple su tarea con un celo casi sobrenatural. Siempre me ha gustado Benet, heredero de Faulkner, incluso en exceso tales como Saúl ante Samuel. Pero en este caso su estilo me ha resultado cansino, excesivamente retorcido. Al contrario de lo que opinan aquí: Recaredo Veredas recomienda “Una tumba, Numa”, de Juan Benet, yo no recomendaría este libro para empezar con Benet. Y eso que la trama detrás de las historias sí que me ha gustado. ¿Qué me ha pasado? Pueden ser varias cosas. Que realmente no sea de lo mejo del autor. Que mis gustos hayan cambiado. Que como ahora Benet me cae mal -he escuchado entrevistas suyas- sea todavía menos objetivo que antes. Cuando vuelva a leer otra cosa del autor les cuento. Calificación: Regular. Un día, un libro (103/365) Extracto: Lo sabía antes de ocupar la guardería y durante sus primeros años en el ejercicio de…
Editorial Planeta, 2000. Tercera Edición. Ed. Original, 1992. 298 páginas. P’abernos matao Por fin acabo este libráncano que un poco más y es él el que acaba conmigo. Claro, uno es un chulanga y se lanza a la lectura con la alegre inconsciencia de los ignorantes, como un excursionista de alpargata que emprende un descenso de un barranco sin otra ayuda que su imprudencia. Y así te encuentras de repente con un peazo libro de los que hacen punto y aparte, que necesita ser degustado poquito a poco y no devorado con avidez. Yo me considero un lector rápido, pero en terreno llano. Leer este libro es como adentrarse en un laberinto de espejos en el que hay que tener un cuidado y una paciencia exquisitas para ver por donde se va, y en el que te puedes perder a la que des un paso en falso. Es necesario, pues, armarse de paciencia y, con mucho cuidado, ir saboreando la amalgama de sabores que el autor nos va presentando. Como ya he dicho en mi declaración de intenciones, no pretendo hacer criticas sesudas ni profundizar excesivamente en las reseñas; al fin y al cabo, esto es una bitácora, no una…
Suma de letras, 2004. 136 páginas. Caminando hacia el mar desde el Hospital Clínico de Barcelona, nos encontramos con el mercado del ninot, y en la esquina de Villaroel con Mallorca hay un pequeño puesto de libros de segunda mano. No paso mucho, pero cuando lo hago me gusta detenerme un momento a ver que es lo que encuentro. Ahí compre este libro, el de ‘La flaqueza del bolchevique’ -por leer algo de Silva-, y dos más que ya tenía, para regalar o prestar sine die. A primera vista parecía un libro ligero, de fácil lectura, y pensé que podría ser recomendable como iniciación a Benet del que, como sabrán los lectores de esta bitácora, soy admirador. Pero este no es mi Benet que me lo han cambiado. Nada de estilo alambicado y tortuoso. Nada de sentimientos sórdidos. Ni rastro de Región. Las trece fábulas y media y una decimocuarta -que podrían estar firmadas por Monterroso, un Monterroso en horas bajas- se leen de un tirón, y aunque hay alguna que otra joya, debo decir que no me han gustado. No porque no fueran lo que me esperaba, sino porque, en general, me parecen bastante flojas. No lo utilizaré, pues…