Lengua de trapo, 2003. 190 páginas. Un abogado está convencido de que le persigue la Mala Suerte, con mayúsculas. Alguien le ha tirado una piedra, tuvo una extraña visita y su psicoanalista no le ayuda mucho. Cuando asesinan al conocido actor Fabio Cotta las cosas se complicarán todavía más. Me imaginaba que sería una novela de buena lectura, y así ha sido. Entretenida, muy bien construida, de personajes curiosos pero creíbles, y con detalles agradables, como que las historias de cada personaje estén contadas desde un punto de vista diferente (el abogado, en el diván del psicoanalista, la comisaria, como vista por un admirador, el loco, en primera persona). La he disfrutado un montón. El abogado se dejó caer sobre el diván y cerró los ojos. Luego los abrió, y se quedó mirando al techo, con las manos plácidamente entrelazadas a la altura del estómago. —Hola —saludó de nuevo. —Hola, Esteban —respondió el médico—. Tú dirás. —Tienes una enfermera increíble, tío —musitó Esteban al cabo de unos segundos—. Increíble… Entro en tu consulta, en este lugar, y me quedo muy impresionado, el corazón me late como si estuviera delante de una diosa. Es impresionante. Esos ojos, esos labios, esa picardía……
Lengua de trapo, 2004. 220 páginas. Encandilado con la novela El disparatado círculo de los pájaros borrachos, fui rápido a la biblioteca a tomar en préstamo ésta, que es anterior. Martín es una rtista de mala muerte que desprecia a estafadores como El Pintor, cuyos cuadros monocromáticos con una pequeña espiral se cotizan carísimos, y su cuñado, hombre de dinero, los colecciona con mimo. Pero cuando la casualidad le lleva a falsificar un cuadro empieza a descender por una espiral en la que aparecerán kosovares que no lo son tales, dinero falso, abogados sin escrúpulos y más gente de mal vivir. Aunque me ha gustado menos que la siguiente que leí antes, la devoré en un día compadeciéndome del previsible futuro del protagonista, riendo con la crítica al arte contemporáneo y sus mandarines, y, en definitiva, dejándome arrastrar por una historia delirante y bien contada. Totalmente del estilo de la editorial, pero una de esas pocas veces en las que el libro está bien escrito. Calificación: Muy bueno. Un día, un libro (285/365) Extracto: —Qué atrevida es la ignorancia, madre mía. ¿Se te ocurriría poner un cristal a un picasso o un van gogh? ¿Se te ocurriría? —¿Por qué no?…
Lengua de trapo, 2006. 252 páginas. Si no me equivoco lo vi recomendado aquí: El disparatado círculo de los pájaros borrachos, Juan Aparicio-Belmonte y he hecho mal no en leerlo, sino en empezar por este libro que hace referencia a otros anteriores. El escritor Pellitero está detenido por un crimen que dice no haber cometido, mientras la inspectora Micol, antigua amante suya, sigue sospechando de él. Quizás en el texto de su última novela, donde aparece un Mesias bromista y un fin del mundo que parece inminente, esté la clave. Los textos de la novela dentro de la novela y la novela propiamente dicha (si es que existe tal) se relacionan e influyen. Que la supuesta realidad aparezca en una novela es normal, el proceso inverso tan solo se da en la ficción, porque si A escribe un personaje B y éste a su vez escribe a A ¿Cómo es posible? Si hay un escritor C que los ha escrito a ambos. Si a esto le añadimos una estructura circular ya tenemos un andamiaje que en manos de algún escritor pretencioso tendría alabanzas de la crítica miope. Como está al servicio de un espíritu lúdico, no tendrá esos aplausos. Aquí…