Fragmenta, 2019. 76 páginas. Repito con otro libro corto de este autor a raíz de una conferencia que le escuché en la fundación March. En este caso los aforismos se dejan de lado y se centra en lo que el denomina la religión del ateo ¿Qué religión puede ser esa? Una de la que ya nos avisaba Nietzsche, una vez desaparece la moral absoluta solo nos queda la ética del día a día. Desaparecida la épica de las grandes religiones solo nos queda la prosa de la realidad. Confieso estar de acuerdo con el planteamiento del autor. La moral tampoco queda destruída, pero la ética vive en los márgenes. Toda definición de bien absoluto es autoritaria y falaz, porque no es lo que vivimos en el día a día y además nos conduce a un dogmatismo peligroso. Mejor aceptar el bien cotidiano, la compasión, el humor, que no los grandes sermones escritos en piedra. Muy bueno. 30 La inocencia del devenir llegará también a la identidad. No hay un yo puro, una razón pura, ni teórica ni práctica, no hay un sujeto trascendental, sino sujetos corpóreos, finitos, seres que nacen, sufren, gozan y mueren. Sin finitud no hay vida. La…
Fragmenta editorial, 2015. 122 páginas. 262 aforismos o fragmentos filosóficos que giran alrededor de la lectura, la muerte, la moral y otros temas. No he conectado con el pensamiento del autor en ningún momento, a veces por estar en desacuerdo y otras porque aun estando de acuerdo su nivel de intensidad no cuadra con mi manera de pensar de gañán de pueblo. Porque alguien que (aforismo 17) afirma que para escribir necesita cuadernos, pluma y tinta violeta porque con el ordenador no siente el cuerpo de la escritura me provoca una sonrisa involuntaria. Que (aforismo 111) vuelve a Heiddeger, siempre vuelve a Heiddeger, filósofo que yo incluyo dentro de los cantamañanas, hace que sea complicado que me pueda entender con él. Aunque en su descargo más tarde afirma que la metafísica está reñida con el humor y apuesta por este último. Algunos aforismos me han resultado tan insustanciales que ni siquiera me han despertado críticas. No todos son malos, acabo con uno que tiene cierto aire a Juego de tronos, supongo que involuntariamente: La muerte es lo más normal y, al mismo tiempo, lo más extraordinario. Sabemos que tenemos que morir, pero a menudo no somos conscientes de ello, no…