Laetoli, 2009. 132 páginas. Pintan bastos La adivinación del futuro mediante la cartomancia es una de las que más solera tiene y mejor puesta en escena disfruta. Tanto es así que la baraja del Tarot se conoce en todo el mundo y no es extraño que en muchos cafés y bares de copas tengan a algún tarotista residente por horas. Hasta no hace mucho se podían ver en las Ramblas señoras con mesas plegables que te leían el futuro en las cartas. Pero ¿Tiene algún sentido? ¿Está escrito el destino en los naipes? Javier Cavanilles analiza los orígenes y difusión del Tarot y encuentra, como es habitual en esta colección, que la realidad es mucho menos misteriosa que la leyenda. Para empezar sus orígenes no se pierden en la noche de los tiempos, sino que nace en el siglo xV en Italia, como un juego. No fue hasta el siglo XVIII que Antoine Court de Gebelin empezó a afirmar que en las cartas se escondía un simbolismo que permitiera adivinar el futuro. No parece mucho pedigrí para tanto poder. No hace falta ningún estudio científico para saber que los que echan las cartas no aciertan mucho. Basta ver alguno de…