Hiperion, 2019. 134 páginas. Antología de Guache, poemas para ser recitados de una manera enloquecida, y que me han dejado completamente frío. No encaja para nada en mi gusto lector que en el terreno de la poesía no es muy de fiar. En un momento dado afirma que: No quiero ser el tipo de gilipollas que son algunos poetas Y a mí me ha parecido el tipo de poeta que abunda en los micros abiertos, que no son gilipollas pero que solo ofrecen ruido y una cierta superioridad moral de lo bohemio que me toca un poco las narices, como cuando dice: Descríbeme tu vida y yo te diré si te merece la pena vivirla Claro que sí, guapi. En fin, que no me ha gustado nada. Regulero. POETAS (UMBRO XXVI) finos estilistas de la lengua, avecillas del cielo y el averno, limpiad, pulid,bruñid la infiel feliz perdiz de vuestros desvelos; alborotad, catad las lúbricas tetas del lenguaje no dejéis que esté quieto en el silencio y la paz de los muertos, disecado por versificadores taxidermistas; procurad que mane como mana del pezón la leche fresca decid vuestros lamentos, vuestras morrocotudas penas y exaltados gozos, a solas o en compaña,…
Hiperion, 2021. 78 páginas. La autora tiene, según la contraportada de este libro, otros seis poemarios, cada uno con su premio. Éste ganó la edición XXXVI del prestigioso premio Hiperión. Yo creo que no es difícil ver que hay talento y además de verdad. Porque la autora trabaja en el servicio de lavandería de un hospital no tiene padrinos ilustres y lo que tiene se lo ha ganado a pulso. Muchos de los poemas fueron escritos en la pandemia, y que duda cabe que estar trabajando en un hospital en esos momentos es un lugar privilegiado y terrible para poder hablar del dolor. Pero no esperen textos sensibleros, puede que crudos en ocasiones, como lo fue la realidad. Una realidad en la que al tener por primera vez guantes ya no se podrá dar cuenta de que las sábanas llegan calientes a sus manos. Ni a ella ni a sus compañeras les aplaudían a las ocho de la tarde y como dice en otro poema ni los médicos te daban los buenos días. Y es que cuando está presentando un libro se extrañan de que no sea profesora y tenga un oficio humilde, y cuando sus compañeras de trabajo se…
Hiperion, 2005. 58 páginas. Galardonado con el VIII premio de poesía joven Antonio Carvajal este poemario se construye en su mayor parte alrededor de temas que pueden surgir de la canción Tatuaje. Lo finalizan otros poemas también en el mundo sentimental de la copla. Amores desgarrados pero en un lenguaje actual. El amor apasionado sin retorno no entiende de épocas. Viajes, amores, lejanía, desencuentros…todo escrito en versos claros y certeros. Bueno. Llegó desde el Mar Rojo en un barco febril, a la deriva, cargado de naranjas, y en su mástil se alzaban las mezquitas más azules, en donde convergían los caminos de Persia y el puerto de llegada, donde ondea el lienzo claroscuro del susurro, el súbito tambor de las verbenas y la nieve de marzo, amaneciendo, que siempre cierra el ciclo de las sedas y sus remotas rutas. Y mi alcoba es un barco con paredes de un color parecido al verde agua que un día fue presagio de pomelos y limones de asombro por las colchas donde espera la menta del deseo. Y siempre hay un verano que apacigua los tigres y una radio emitiendo canciones de posguerra, en un tiempo propenso a los claveles del amor turbulento….
Hiperión, 2006. 64 páginas. Ganador del XXI premio de poesía Hiperión, me despistó el nombre porque me imaginaba a un señor mayor y es un joven que escribe una poesía que habla de la desesperanza, del frío al anochecer y de quien ha nacido ya a destiempo, que no puede ser hijo de la ira porque es su nieto y ya no tiene, ni siquiera, el derecho al enfado. Jóvenes a la intemperie en una noche fría y vacía. Recomendable. (Alberca Blues) NADA da tanto miedo como el frío. Recuerdo la primera vez que unidos, respirándonos mutuamente —suerte de extraña criatura entre la lluvia — sentimos el poder de nuestro abrazo. La noche en que sentimos que la noche nada podía hacer para matarnos. Que habíamos vencido. Que el plomo caería desde un luto altísimo y nosotros allí, como si nada; como quien oye llover. Habíamos vencido y como siempre, siendo primos hermanos la alegría y el olvido, olvidé el miedo que daba estar en una calle tiritando, como estoy hoy sin ti. Nada da tanto miedo como el frío.
Hiperion, 2017. 62 páginas. Ganador del XXXII premio de poesía Hiperión, Ángelo desgrana en estos poemas su dolor ante la vida en un cuerpo que le gustaría fuera otro, a la imposibilidad de ser madre. Estos últimos poemas me han resonado mucho, porque para algunos como yo el deseo de paternidad es equivalente a lo que se conoce tradicionalmente como maternidad. Deseos de gritos por la calle, de vientres llenos, de igualdad entre géneros. Muy recomendable. Si mi madre entendiera castellano y leyera mis poemas Si mi madre supiera que su hijo quiere ser madre cogería el primer vuelo para España. Encogería las piernas, se amputaría los brazos, se partiría la columna, engulliría una a una sus muelas y sus sesenta años. Se haría cada vez más pequeña, se inventaría un idioma, balbucearía de nuevo para ser mi hija.