Adriana Hidalgo, 2016, 2018. 186 páginas. La autora viaja a diferentes comunidades indígenas de varios países y escribe acerca de sus pueblos, costumbres, como en algunos casos se está produciendo un proceso de empoderamiento. Desde la Patagonia al Ecuador habla con la gente del pueblo y con personajes relevantes, mostrando un fresco alejado de paternalismos. Lejos de mostrar etnias en decadencia lo que aquí se lee son pueblos orgullosos de serlo, que en algunos casos -como en Otovalo- gracias a su mentalidad industriosa están levantando negocios importantes. Citando a la autora: se puede ver a una señora con traje regional sentadita en un rincón manejando un celular o una computadora de bolsillo Es mi primer acercamiento a la autora, pensaba que serían cuentos, y he disfrutado de las historias que cuenta. Está bien. Alicia Ni Luján ni María Celia hablaron de su vida íntima. María Celia es sumamente prudente debido a su rol de cacica. Por la ventana entreabierta se cuela una cabeza rotunda, luego, su dueña entra. Y dice: “Yo soy Alicia, cédula de identidad 3 425 678, tengo más garrotazos en mi cuerpo que palabras en mi mente. Yo soy hija de la ñata Cuello, y Los Andariegos…