Acantilado, 2001. 182 páginas. El libro lo tomé en préstamo porque incluye una traducción del Cantar de los cantares realizada por Gregorio del Olmo. Corren muchas versiones por internet pero no de excesiva calidad. De propina hay una traducción de Ceronetti, un estudio del mismo autor y dos textos que sirvieron de prólogo a otros libros. El texto de Ceronetti, en su línea. Yo no me he enterado de la mitad de lo que dice, porque creo que no hay un autor que me haga sentirme más estúpido que él. Se da la paradoja de que un texto que quiere comentar e iluminar el Cantar es todavía más oscuro de lo que pretende aclarar. Para que se hagan una idea: Margarethe Lochbrunner (en «Conoscenza Religiosa», la revista de Zoila, 2,1973) buscando las raíces maniqueas de Dante, como Aroux las raíces cataras (ambas coinciden), afirma la unidad esencial de todos los enviados del Señor de Luz y los perdidos en las tinieblas del mundo: Virgilio, Beatriz, Lucia, Matelda, Piccarda, María son todas manifestaciones de la única Virgen de Luz, que en Manes es una con el eón andrógino Jesús (Dante: el rostro, que a Cristo / más se asemeja; Manes: Oh…
Acantilado, 2013. 204 páginas. Tit. Or. L’occhiale malinconico. Recopilación de ensayos que tratan temas que van desde el Cristo de Grünewald hasta la guerra civil española. Del presidente de China ante el cuadro de la maja desnuda hasta el tema de la mujer. Una mitad no la he entendido. Guido no sólo es críptico -como ya lo dice de sí mismo en el texto- también maneja muchas referencias que se me escapan. Que uno es culto pero no tanto como el autor. En la mitad que he entendido hay de todo: cosas que me han parecido geniales, algunas que me han divertido y otras que, sinceramente, no hay por donde cogerlas. Por poner un ejemplo en un momento dado dice la frase: Teatro de Lorca, de una imbecilidad insufrible Con la que no puedo estar menos de acuerdo en el fondo y en la forma. Otros como Dolor-tiempo-tanatos tiene un enfoque de lo femenino que huele un poco a rancio. En conjunto no me ha gustado demasiado; quizás a alguien más inteligente que yo le parezca lo contrario. En las ciudades, los gallos ya no cantan, por eso la noche ya no tiene fin. Cuando se transita por el camino…