Funambulista, 2006. 220 pag. Tit. Or. Wysoki Zamek. Trad. Andrzej Kovalski. Autobiografía de Stanislaw Lem más o menos detallada, para los amantes del genial escritor polaco. Reseñas: El castillo alto y El castillo alto. Recomendable. Cuando no llevaba nada de dinero, pasaba por la tienda del café vienes para evitar que la visión de las deliciosas pilas de jaiva tras los cristales de la tienda me destrozara el corazón. En el café estaba el primer reloj que me marcaba el tiempo que quedaba; el siguiente se encontraba en lo alto de la torre del ayuntamiento. Sus agujas me decían si aún podría pararme en algún escaparate o si tenía que apretar el paso y correr. Éstos son realmente casi todos los recuerdos visuales que ocupan mi alma. Yo era realmente como un ratón, y la sociedad hizo lo que pudo, a través de su sistema educativo, para convertirme en un ser humano. ¿Resistí? No mucho como individuo, pero sí bastante como miembro del cuerpo escolar. Sobre este tema los escritores más importantes del mundo han dicho cosas que no pueden superarse. Han mostrado la escolarización como un juego complejo, una batalla de intereses opuestos, en la que el profesorado, como…
Funambulista, 2012. 400 páginas. Tit. Or. Boxer Beetle. Trad. Jorge Rus Sánchez. Marcianada que junta dos tramas: la del coleccionista de objetos nazis Kevin Broom y la del boxeador Seth Roach, que vivió en los años 30 y tuvo relación con el entomólogo Erskine, obsesionado en crear una raza de escarabajos con una esvástica en el caparazón. Novela negra disparatada, con toques de humor gamberro, no muy trascendente pero entretenida, original y curiosa. Recomendable. —La ciudad. —En ese caso, con todo respeto, ¿no hay muchos tipos que estarían dispuestos a hacer todo eso sin que saliese de mis impuestos? —Ah, cómo no, siempre esos valiosos impuestos que tienen que ser protegidos como si se tratase de niños pequeños —dijo Berg. —¿Quién más lo haría? —preguntó Siedelman—. No podemos dejarlo en manos del famoso Mercado Libre. —No —contestó Pearl—. El alcalde LaGuardia y yo estamos completamente de acuerdo al respecto. —El edificio Empire State está tan vacío que han tenido que pagar a colegiales para que vayan tirando de la cadena de todos los retretes para que la porcelana no se manche —dijo Siedelman—, y mientras, en Arkansas, hay familias viviendo en cuevas y comiendo rastrojos. Eso es lo que obtienes…