Alianza, 1981. 400 páginas. Incluye los libros de cuentos Cuentos de mamá, Cuentos republicanos y La guerra de los dos mil años. Están en orden cronológico menos el último que por motivos editoriales se coló en este primer volumen cuando debería ir en el segundo. Los primeros son estampas del niño y los problemas de salud con su madre, la cercanía de la muerte que no se entiende y los problemas de la posguerra. El segundo -en mi opinión el mejor- ya se ha reseñado por aquí (ver el enlace anterior). El último se mueve entre una ciencia ficción sui géneris (al estilo de Calvino) y un onirismo inquietante. Hay ciudades extrañas, coches que invaden las carreteras en un atasco perpétuo, televisores que ven el pasado o cámaras que atraviesan las paredes. Algunos cuentos están muy bien, pero en general es el que menos me ha gustado, con historias que no han envejecido del todo bien. En conjunto, bueno. Y pusieron en las bombillas y en los balcones de la alcoba de mamá papeles colorados; y colocaron cada una de nuestras camas a un lado de la cama grande porque los dos hermanos teníamos el sarampión. A mí me alcanzó…
Rey Lear, 2010. 280 páginas. Recopilación de todos los cuentos breves protagonizados por Plinio, jefe de policía en Tomelloso. Todos sus casos tienen como marco la españa rural, y pese a estar en las antípodas de los estereotipos de la novela negra, la inteligencia que desarrolla el protagonista no tiene nada que envidiar a la de Sherlock Holmes. Me han encantado. Delicioso el lenguaje, de cuento de generación de los 50, pariente de Aldecoa y retratando las mismas miserias de pueblo pequeño. Deliciosos los casos, cercanos, tan reconocibles que podríamos haberlos leído en el caso. Delicioso el ritmo y los desenlaces, siguiendo los cánones del género. La edición cuidada y el contenido imprescindible. Muy recomendable. Detalles sobre el suicidio de Arnaldo Panizo» PLINIO, CON LAS MANOS en la espalda y el cigarro entre los labios, miraba a la plaza por el ventanal de su despacho. Cuando estaba ocioso o esperaba algo, le gustaba mucho observar a los que iban, venían o perneaban. Mejor dicho, le gustaba pensar, echando ojeos distraídos a los placeros. Salvo, claro está, que ocurriese algo muy llamativo como al solespones de aquella tarde de octubre. Y fue que vio venir en total derechura al Ayuntamiento a…
Menoscuarto, 2009. 178 páginas. Incluye los siguientes relatos: La novena El bautizo El partido de fútbol El coche nuevo El jamón La frescachona La muerte del novelista Yo tuve el ombligo frío Juanaco Andrés, el que llegó de México Comida en Madrid Paulina y Gumersindo El colegio de don Bartolomé La cuestión política en el colegio de don Bartolomé La adhesión a la República en el colegio de don Bartolomé Servandín El hijo de madre El entierro del Ciego Dibujo al aire libre Las sandías El Bugatti Que no son propiamente relatos, sino estampas de la infancia del autor más o menos ficcionalizadas. Fragmentos de una vida en la que la república estaba a la vuelta de la esquina pero la guerra civil y la dictadura todavía quedaban lejos. Algunos sí que tienen entidad como relatos, en especial Paulina y Gumersindo, la última despedida de una mujer a su marido, que me ha encantado, El hijo de madre, conmovedor hasta los huesos y El entierro del Ciego, basado en el hecho real del entierro del dueño de un Burdel en el que se prohíbe la música. Moviéndose en parecidas coordenadas no tienen el empaque de los de Ignacio Aldecoa, pero…
Destino, 1970. 192 páginas. Primer encuentro con el detective Plinio, muy alejado de los referentes clásicos del género. Un guardia municipal de pueblo, honrado padre de familia, que con toda su cachaza resuelve los casos dejándose llevar por su intención y buen juicio. En este caso resolver la desaparición de dos hermanas de su pueblo que llevaban viviendo en Madrid muchos años y que han dejado un piso vacío y ninguna pista. En la contraportada afirman que Plinio está muy lejos del Carvalho de Montalbán, y mi impresión ha sido la contraria. Aunque las características de los personajes son muy diferentes los dos son utilizados por sus respectivos autores para hacer un retrato de la sociedad muy preciso, visto a ras de suelo, con bastantes momentos de lirismo en la prosa. La solución del enigma pasa a un segundo plano mientras vemos las evoluciones de los detectives por una fauna de personajes que reconocemos de inmediato. Un gran descubrimiento que he disfrutado mucho. Muy recomendable. Sin más preámbulos fueron hasta Sol para empezar el itinerario faraónico. —Desde que Madrid se ha hecho tan grande, ha perdido la alegría. Ahora, la gente que se cree bien (y ya lo cree hasta…