Huerga y Fierro editores, 2008. 125 páginas. La vampira del Raval La primera vez que oí hablar de Enriqueta Martí fue en la bitácora de Absence: Enriqueta me está arrebatando. Ahora están de moda los asesinos en serie, pero ya existían en el pasado y los habí más sanguinarios que el famoso Jack el destripador. En el caso de esta mujer se mezclan una serie de factores que conforman una historia digna de folletín, pero que son reales y están documentados. Enriqueta se dedicaba a secuestrar niños, los prostituía, y posteriormente los mataba. Sus clientes se contaban entre las clases altas de Barceona, lo que la libró cuando la policía descubrió su primer prostíbulo de menores en la calle Minerva. Pero la desaparición de Teresita se convirtió en un asunto nacional cuando estaban las aguas sociales muy revueltas. Cuando una vecina dio la pista a la policía y detuvieron a la asesina se dieron cuenta de que estaban ante algo más que un caso de prostitución. Se encontraron restos de huesos y otras atrocidades, ya que Enriqueta usaba la sangre y los cuerpos de los infantes para preparar remedios que vendía a la aristocracia. Se encontró un libro en clave…