Candaya, 2020. 142 páginas. En un universo en el que Argentina ha ganado la guerra de las Malvinas, pero a costa de que un virus terrible azote esas islas, se crea un extraño comité para seleccionar a unas mujeres que, convenientemente vacunadas, hagan renacer la vida en ese territorio. De aires inconfundiblemente kafkianos asistimos a los sinsabores de un funcionario de medio pelo, que está ahí por recomendación, y que arrastra una cantidad considerable de traumas. Pocas cosas tienen sentido en una serie de acontecimientos asfixiantes. Personalmente me ha dejado frío. Bien por el ambiente y bien por la escritura, pero no me ha interesado nada de lo que se cuenta, ni siquiera -o a causa de- estar trufado de abundantes escenas de sexo. Es corto y se me ha hecho largo. Se deja leer. Arrastro a Erizo hasta el archivador y la manoseo toda. Nos chupamos en silencio. Erizo se pliega. Me hago púa entre sus piernas. En lugar de ir al vacunatorio, me lleva a su habitación. No sé si son las cápsulas, pero algo en mi sistema nervioso se ha desbocado. La tiro sobre la cama. Tiene las tetas perfectas. Mordisqueo un poco a ver hasta dónde….