Comanegra, 2008. 172 páginas. Los que trabajan cara al público tienen que sufrir, además de a clientes bordes y estúpidos, situaciones rocambolescas y absurdas. No digamos los sufridos libreros, que tienen que adivinar el libro que les piden los clientes con datos escasos y equívocos (tenía la portada azul…). En este libro se recogen algunas de las anécdotas más divertidas de algunos libreros. Está entretenido pero, sinceramente, esperaba algo más. No está mal. ALGUNAS LEYENDAS URBANAS EN TORNO AL LIBRERO El librero lo sabe todo El cálculo de estructuras, el derecho mercantil, los balances, los mercados de futuros, el Adobe Photoshop, la psicolingüística, la quiropráctica, el chi kung, la hermenéutica, la museología, la ciencia política, la lógica formal, la conflictología, la dieta antioxidante, la astrofísica, el número de oro, la biología molecular, la cocina al vacío… y así podríamos continuar hasta el infinito. Efectivamente, algunos de estos temas o apartados pueden encontrarse en una librería, pero recuerde que el profesional del sector sólo los gestiona, porque si, además, tuviese que poseer conocimiento integral de cada uno ellos, debería cobrar un sueldo astronómico como asesor (vale, es una idea). A menudo el librero se ve abocado a asesorar sobre fondos de…