Eduardo Fernández. Soldados de cerca de un tal salamina.

octubre 27, 2023

Eduardo Fernández, Soldados de cerca de un tal salamina
Comanegra, 2008. 172 páginas.

Los que trabajan cara al público tienen que sufrir, además de a clientes bordes y estúpidos, situaciones rocambolescas y absurdas. No digamos los sufridos libreros, que tienen que adivinar el libro que les piden los clientes con datos escasos y equívocos (tenía la portada azul…).

En este libro se recogen algunas de las anécdotas más divertidas de algunos libreros. Está entretenido pero, sinceramente, esperaba algo más.

No está mal.


ALGUNAS LEYENDAS URBANAS EN TORNO AL LIBRERO
El librero lo sabe todo
El cálculo de estructuras, el derecho mercantil, los balances, los mercados de futuros, el Adobe Photoshop, la psicolingüística, la quiropráctica, el chi kung, la hermenéutica, la museología, la ciencia política, la lógica formal, la conflictología, la dieta antioxidante, la astrofísica, el número de oro, la biología molecular, la cocina al vacío… y así podríamos continuar hasta el infinito.
Efectivamente, algunos de estos temas o apartados pueden encontrarse en una librería, pero recuerde que el profesional del sector sólo los gestiona, porque si, además, tuviese que poseer conocimiento integral de cada uno ellos, debería cobrar un sueldo astronómico como asesor (vale, es una idea). A menudo el librero se ve abocado a asesorar sobre fondos de los que apenas goza de un conocimiento básico. Recuerden que normalmente él les podrá informar de los títulos clásicos en cada materia y conocer sus pormenores no entra en sus obligaciones.
Si el cliente solicitante se muestra comprensivo, el librero intentará satisfacerlo con lo máximo que su nivel de solvencia sea capaz de cubrir o apelará a instancias más cualificadas; el problema surge cuando el cliente no entiende que el vendedor no sea un experto en la materia. Evidentemente se le permite ser un absoluto desconocedor de todas las demás ramas del saber, pero nunca en la que interesa al cliente. Si el vendedor no puede dar satisfacción a su demanda, el cliente puede acabar solventando su frustración despotricando sobre el establecimiento y sus profesionales.

Sobre Sunt-Zu y El arte de la guerra:
♦ Las guerras del mundo.
♦ Cien-fu, El arte de la guerra.
♦ El libro Zum-zum, el arte de la guerra.
♦ Arte de la guerra… Pero el primero, ¡eh!
♦ Un libro de un chino o así que se llama Shin Chan…

Sobre Osho:
♦ ¿Tienen El botiquín del alma?
título solicitado: La farmacia del alma.
♦ ¿Libros de Osio?
♦ Libros del Sojo y del niño, por favor. título solicitado: El libro del niño.
♦ ¿El libro de la mujer de Oslo?

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