Crononauta, 2021. 198 páginas Tit. or. Upright women wanted. Trad. Carla Bataller Estruch. Esther se ha escondido de polizona en el carromato de las bibliotecarias huyendo de su pueblo y de su padre, el alguacil de la ciudad, que quiere casarle con un hombre y que acaba de ahorcar a Beatriz, el amor de su vida, por tener material no autorizado. En una distopía que nos retrotrae al antiguo western Esther intentará hacer méritos para convertirse en una bibliotecaria. Novelita para el público adolescente enfocada en la defensa de la diversidad sexual, bien escrita, con mucho ritmo (se lee de un tirón) y que me ha recordado a esa Roja catedral por tratar temas parecidos y compartir ambientación del oeste. Pero más allá de dibujar un ambiente interesante, con esa sociedad que vive entre desiertos y que ha recuperado las estructuras patriarcales (si es que alguna vez se han perdido), la cosa tampoco va mucho más allá. Entretenido y fresco. Cye había respondido «tordo» y a Esther le había costado un rato largo entender que no era una broma y que no se refería a unos pájaros. No supo que «tordo» era una forma real de describir a un caballo…
Crononauta, 2022. 254 paginas. Un anciano descarga sin querer un archivo de ordenadores antiguos que resulta ser los recuerdos de Fénix, una mujer acelerada fabricada en una de las torres en las que una empresa se dedica a crear organismos modificados con oscuros fines. Lo leí para darle otra oportunidad a la autora y buff… no hay por donde cogerlo. Ya no es que no te creas el worldbuilding, que es un poco penoso. Es que la trama ni tiene destino ni coherencia. La protagonista haciendo cosas porque sí y tirando de deus ex machina como si no hubiera un mañana cuando en realidad no hace falta porque tampoco hay destino. Algunas escenas me dieron, incluso, vergüenza ajena. Para hacer un buen libro no basta tocar temas comprometidos, hace falta organizarlos de alguna manera. Pero bueno, a la gente le está gustando. A mí no. Malo. Me alegré de quedarme a solas. Cada parte de mi cuerpo gritaba. De vida. De vida reciente. Estaba viva. Despierta. Ilesa. Podía moverme. Me latían las sienes con distintos dolores, como si un trozo de cristal me arañara la cabeza. Se me nubló la vista durante un momento. Me acurruqué y parte de los…
Crononauta, 2018. 150 páginas. La lingüista Rachel Monteverde viaja al planeta Aanuk para estudiar su lengua y elaborar un informe de su sociedad. También para contactar, si es posible, con el pueblo fihdia, ciegos congénitos que apenas se relacionan con el exterior. Bien escrito y entretenido no aporta nada, en mi humilde opinión, a la literatura de ciencia ficción que no se haya hecho antes. Las ilustraciones le dan un aire de novela juvenil que es donde realmente encaja. Se deja leer. Le diré que los aanukiens eran hermosos: altos, esbeltos, de pelo muy negro y liso, ojos grandes, almendrados, en general negros también, de piel tostada, facciones luminosas. Le diré que eran alegres: les gustaban las fiestas (siempre tenían un pretexto para organizar una), les gustaba la música, el baile, cantar, al ritmo de sus hachols, una especie de violi-nes, y sus tambores o alussas. Los pastores nómadas solían ser los mejores músicos. Recuerdo muy bien cómo los habitantes de Laari decidieron celebrar una fiesta en mi honor, cuando la nave que me había traído se fue y yo me instalé en el pueblo. Fue una noche, al aire libre. Tendríamos, me anticipó Ridra, buena comida, buen vino (los…