La Factoría de Ideas, 2002. 502 páginas. Tit. or. The scar. Un barco es asaltado por piratas que los conducirán a una fascinante ciudad flotante, construída por miles de barcos amarrados. Un sitio donde se les ofrece la oportunidad de ser libres y rehacer sus vidas. Una ciudad que tiene un propósito increíble: invocar a un monstruo marino para viajar al confín del mundo, donde se encuentra una misteriosa cicatriz en la realidad. Segunda parte de una trilogía que empieza con La estación de la calle perdido, menos barroca, más consistente, pero igualmente un derroche de imaginación. Empezando por esa ciudad gobernada por dos amantes que se hacen mutuamente heridas, con un luchador invencible que tiene una espada alimentada por la posibilidad, que viajan a lugares aislados del mundo porque las mujeres de sus habitantes son unos mosquitos capaces de drenar la sangre de cualquiera y en el que hay un espía que ha visitado lugares que parecen leyendas. La trama funciona como un reloj, desvelando en cada momento la información necesaria para avanzar. Mi única pega es que esa cicatriz que da título al libro al final es poco más que una anécdota, y me imagino que el autor…
La Factoría de ideas, 2001. 592 páginas. Tit. Or. Perdido Street Station. Trad. Carlos Lacasa Martín y Manuel Mata Álvarez-Santullano. Sigo insistiendo con Miéville, que parece que va por buen camino. No me ha parecido un libro perfecto, pero sí trepidante. La historia transcurre en Nueva Crobuzón (sí, tiene una página en la wikipedia más extensa que la dedicada a muchos temas). Lo he visto definido así: Nueva Crobuzón es un engendro posmodermo que es parte Londres victoriano (con autómatas a vapor), parte Brazil de Terry William (un sistema totalitario, corrupto y represor), parte Castillo de Otranto (imaginería gótica), parte Gormenghast de Mervyn Peake y parte planeta alienígena. Y si el paisaje ya se las trae, los personajes que giran alrededor de la trama (que por otra parte es sencilla, unos seres vivos de curiosas propiedades casi indestructibles que se han escapado yvan asesinando sin piedad) no tienen desperdicio: Yagharek,un hombre pájaro, Isaac Dan der Grimnebulin, científico sui géneris, Lin, su novia, humana con cabeza de insecto y artista, Motley, jefe de la mafia y ser cambiante, arañas que son casi diosas, una inteligencia artificial naciente y un largo etcétera… Todo es excesivo, fuegos artificiales sin fin. Un ejemplo ¿Cúantas…
La factoria de ideas, 2008. 314 páginas. Tit. Or. King rat. Trad. María Xoubanova Vázquez. De Mieville sólo he escuchado cosas buenas, las reseñas de este libro que he leído por ahí lo ponen bien (El rey rata) e incluso apareció en La tormenta: El rey rata. Personalmente me ha decepcionado un poco, pero valga la disculpa de que es su primera novela. Versión del flautista de Hamelin en clave oscura, nos presenta a un joven hijo del Rey de las ratas y una humana, lo que lo hace invulnerable a los poderes del flautista. En un Londres subterráneo y a ritmo de jungle el enfrentamiento entre los dos enemigos tiene un final incierto. La ambientación es excelente, pero la historia me ha parecido bastante floja y sin mucho interés. La calidad es superior a la media de lo habitual en el género, pero me aburrió. Le daré otra oportunidad, pero no puedo recomendarlo. Calificación: Regular. Extracto: Una vez, cuando tenía tres años, Saúl iba sentado a hombros de su padre, de vuelta del parque. Pasaron delante de un grupo de obreros que estaban arreglando la carretera. Saúl enredaba sus manos en el pelo de su padre, se echó hacia…