Ya lo decía Cicerón: Stultorum plena sunt omnia. O lo que es lo mismo, el mundo está lleno de tontos. Si no, no se explica que haya tanta gente que crea en tonterías. Tengo amigos a los que soy incapaz de convencer de que el hombre ha estado en la luna, y otros que creen que las vacunas son perjudiciales. Pero si lo primero es una creencia inócua, aunque falsa, lo segundo puede poner en peligro la salud de los niños. Y con eso no se juega. Es posible que las vacunas sean el invento médico que más vidas ha salvado con un coste menor. Es el único que ha conseguido erradicar una enfermedad en el mundo, la viruela, que tenía una gran mortalidad y dejaba secuelas a los que sobrevivían. Ha eliminado del primer mundo un buen número de enfermedades. Probablemente estén entre los medicamentos más seguros porque son los que más se han utilizado y en los que mejor se ha podido comprobar todo tipo de efectos secundarios. Pues a pesar de todo esto, todavía hay iluminados que están en contra. Hace tiempo reseñé por aquí el infame libro Los peligros de las vacunas, resaltando que tenía poco…