Árdora, 2006. 144 páginas. Tit. or. Autoportrait au radiateur. Trad. José Areán. Diario en el que un hombre, que ha sufrido una pérdida, nos narra un día a día mínimo, en el que no ocurre nada, salvo la compra cada semana de dos ramos de flores, apuntes breves del natural y reflexiones acerca de la vida y, sobretodo, de la muerte. Libro que cayó en mis manos de casualidad; a una amiga no le gustó y al hojearlo me sedujo la calidad poética de sus breves textos y la melancolía que desprende cada página. Cualquiera puede fotografiar el cañón del Colorado y obtener una foto magnífica. Pocos pueden hacer lo mismo con un vaso en una mesa de cocina y que se te encoja el corazón. Lloré, sí, con muchas de sus páginas. En un libro con la presencia omnipresente de la muerte, con unas flores que siempre se marchitan, es un canto a la vida que permanece, porque a un ramo le sucede otro ramo, y la luz siempre está presente para iluminar a la oscuridad. El autor es creyente y lo afirma en múltiples ocasiones. Pero no es un creyente empalagoso que confía en la resurrección de las…
Ardora, 1998. 128 páginas. Libro no destinado a la publicación, sólo a la circulación entre amigos, incluye bastantes poemas sobre el amor, la amistad, algunos bastante personales y todos tiernos, entretenidos y con un aire doméstico entrañable. Se incluyen ilustraciones del autor. Me han gustado. Lo más bonito, lo más dulce, lo más conmovedor del amor eterno es que es provisional y sigue aspirando eternamente a ser eterno. Que me devoren los lobos y que a ti te devore el tigre impar dé la felicidad