Un hombre dialoga con una mujer en lo que parece ser una noche de seducción, trayendo de su memoria sus años en la guerra como médico, su historia familiar y lo terrible de vivir determinadas situaciones. La tragedia de la guerra se mezcla con lo cotidiano de un ligue nocturno. ¡Que libro! Hay que paladearlo, tomarlo en pequeños sorbos, con su lenguaje poético lleno de imágenes, pero no tan enrevesado como para no entenderse. Hay escenas que, realmente, me han arrancado las lágrimas. placer estético y emocional de la mano. Que bien sienta. No se lo pierdan. No pondré reseñas, escuchen este podcast donde se habla muy bien del libro: Punto de libro (el podcast). Y vayan corriendo a leerlo. Genial. —Hola, Modesty Blaise —dije yo encogiéndome. Sus pechos, bajo la blusa estampada, se asemejaban a dos peras enormes debajo de una servilleta de Coca-Cola: sin el uniforme, perdía el coeficiente de misterio que yo insisto en atribuir a los ángeles por el vicio que me quedó del catecismo, incluso a los que sirven comidas envueltas en celofán en un pasillo de avión. El apartamento olía a ropa sin lavar y a comida enlatada de animales, la noche de África…