Altera, 1996. 254 páginas. Tit. or. La marge. Trad. Ricardo Cano Gaviria. Sigismond Pons está en Barcelona como representante pero aprovecha el fin de semana para perderse por las calles más canallas del barrio del Raval de Barcelona y acostarse con una joven prostituta. Mientras, una carta que recogió en la lista de correos aguarda su turno escondiendo el drama. Teniendo en cuenta que hay una plaza dedicada al autor en el barrio el libro me ha decepcionado bastante. La bomba de relojería de la carta no tiene demasiado sentido y se ve venir desde que la recoge. El resto es una descripción de un turista burgués que va de bar en bar por unas calles que, cincuenta años después, están gentrificadas en un 50% y en otro todavía resisten. Como va enumerando el recorrido como si un trayecto de google maps se tratara, y como yo viví al lado de donde se aloja el protagonista y me conozco la zona como la palma de mi mano, me hacía gracia caminar mentalmente juntos y comparar sus descripciones con mis recuerdos. Pero fuera de eso, sinceramente, no hay ni trama, ni pulso, ni interés. Mención aparte a la joven prostituta. No…