Susana Sánchez Arins. Dicen.

febrero 19, 2021

Susana Sánchez Arins, Dicen
De conatus, 2019. 174 páginas.

Revisión de la historia familiar donde el tío Manuel, una buena pieza, se aprovechó de su familia robando herencias y maltratando a sus padres. Al ser falangista se traza un paralelismo entre los abusos de esa mala persona y de quienes disfrutaron de un poder ilimitado en los pueblos.

Prosa poética para exorcizar demonios y destacar la importancia de la memoria histórica, una memoria que en este país hemos intentado enterrar con desastrosas consecuencias. Estructurado en forma de pequeños párrafos que son pinceladas de pasado y de presente que nos van dibujando poco a poco lo terrible del cuadro.

Personalmente me ha resultado un pelín repetitivo, pero me ha gustado. Otra reseña: Dicen.

Recomendable.

ríos que van al mar
las vidas no empiezan cuando nacemos, ni terminan en nuestra muerte, nada de ríos que van a mares que son el morir, ya lo escribió alguien en algún lugar.
las vidas son vidas cuando son nombradas y habladas y dichas, hay quien deja huellas en el polvo de los caminos durante años hasta que, por fin, llega la vida, hay personas que nacen muertas, nadie habla de ellas.
ahí reside la importancia de la memoria, en dar espacio a los nombres y a los hechos, en dejar un lugar donde puedan vivir las personas tanto en la lengua que sale de paseo como en el papel que se abandona a la escritura, y hay personas, instituciones, medios sumidos en la desmedida tarea de colocar etiquetas, crónicas, notas a pie de página, discursos, glosas, imágenes, esquelas, tesis doctorales, canciones, fotografías, odas, reportajes, obituarios, anuncios breves, cuentos a la prole de nietos y nietas, para que las personas queridas existan, sean, tengan vida.
sin embargo, también hay personas que se empeñan en no haber sido, en no haber existido, en no haber vivido, muere quien podía hablar de ellas, quien podía contar sus vidas y hechos, y rastreamos archivos y bibliotecas, mostradores de notarías, cajones con viejas cartas, hemerotecas de periódicos que en un tiempo fueron, rumores al aire de tabernas y no damos con esa gente, no quisieron tener vida, no quisieron memoria.
entonces, ¿por qué escribimos sobre ellas? porque no son dignas del anonimato, porque sí vivieron sus vidas y otras gentes las padecieron, porque causaron dolor y terror, miedo y muerte.
porque fueron malas, y poderosas


cosecha
he plantado un nogal para las nietas
anunciaba el abuelo en una comida de domingo

de vez en cuando
en los juegos por la huerta
surgía una voz en la espesura
de parras y maturescentes frutas:

nenas, ese nogal es vuestro
seguiréis comiendo nueces
cuando yo ya no sea

y nosotras nos reíamos de la locura del viejo

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