Los cuatro relatos/ensayos/artículos aquí comentados tienen todos un aire autobiográfico, sí, nos narran experiencias del autor pero el título a paesar del adjetivo es una exageración. Es más bien un cajón de sastre con reflexiones.
¿Significa esto que está mal? Al contrario, leer a Pitol es siempre un placer, sea en sus cuentos (de los que ya hemos hablado más de una vez por aquí: Los mejores cuentos, Vals de Mefisto) o novelas. Acercarse un poco a la intimidad de un autor que admiras siempre es grato.
Una pequeña delicia. Más reseñas (muy extensas algunas) aquí: La autobiografía soterrada de Sergio Pitol, Una autobiografía soterrada y Una autobiografía soterrada de Sergio Pitol .
Calificación: Muy bueno.
Extracto:
Al escribir las primeras palabras de El desfile del amor era plenamente consciente de que en todo momento debería ser una comedia de enredos, una divertida historia de equivocaciones que condujera ineludiblemente al callejón del crimen. Evocar esa época, consultar la edición de fotografías de los hermanos Casasola, recordar refranes y expresiones de uso común de mi infancia me resultó una fiesta. En dos semanas tenía concluido el trazo general de la novela. El desfile del amor pareció armarse por su cuenta. Sorprendido, lo vi integrarse, dictar sus propias leyes y acatarlas, crear sus tramas y subtramas, sus relaciones ocultas. Me parecía oír la voz de los protagonistas, detectar sus timbres específicos. Fungía yo como un simple amanuense que obedecía un dictado. El desfile del amor me introdujo en una zona que hasta entonces había sólo rozado superficialmente: la parodia. Me sentía transportado a los campos de Gombrowicz, a los de Bustos-Domecq. A medida que el lenguaje oficial escuchado y emitido todos los días se volvía más y más rarificado, el de mi novela, por compensación, se hacía zumbón y canallesco. Cada escena era una caricatura del mundo real, es decir, caricatura de la caricatura. Encontré refugio en el relajo. Se inició de lleno la transformación de mi mundo narrativo.
Un comentario
Mi preferida es Vals de Mefisto, por el juego metaficcional.
Un abrazo para ti.