Editorial Anagrama, 2004. 1125 páginas.
La parte de Fate
Fate es un reportero estadounidense que trabaja para la revista ‘Amanecer Negro’. Su madre acaba de morir y le encargan realizar un reportaje sobre un combate de boxeo que se celebra en Santa Teresa. Allí descubrirá la horrible serie de crímenes que están sucediendo en el pueblo. Conocerá también a Rosa y sus amigos y a su padre, Amalfitano. Éste le pedirá que se lleve a su hija de Santa Rosa.
Citas:
Todo pasaba por el filtro de las palabras, convenientemente adecuado a nuestro miedo. ¿Qué hace un niño cuando tiene miedo? Cierra los ojos. ¿Qué hace un niño al que van a violar y luego matar? Cierra los ojos. Y también grita, pero primero cierra los ojos. Las palabras servían para ese fin. Y es curioso, pues todos los arquetipos de la locura y la crueldad humana no han sido inventados por los hombres de esta época sino por nuestros antepasados. Los griegos inventaron, por decirlo de alguna manera, el mal, vieron el mal que todos llevamos dentro, pero los testimonios o las pruebas de ese mal ya no nos conmueven, nos parecen futiles, ininteligibles[…]Durante la Comuna de 1871 murieron asesinadas miles de personas y nadie derramó una lágrima por ellas. Por esa misma fecha un afilador de cuchillos mató a una mujer y a su anciana madre (no a la madre de la mujer, sino a su propia madre, querido amigo) y luego fue abatido por la policía. La noticia no sólo recorrió los periódicos de Francia sino que también fue reseñada en otros periódicos de Europa
Esa noche Amalfitano le hizo tres preguntas a Chucho Flores. La primera era qué pensaba acerca de los hexágonos. La segunda era si sabía contruir un hexágono. La tercera era que opinión tenía sobre los asesinatos de mujeres que se estaban cometiendo en Santa Teresa. A la primera pregunta la respuesta de Chucho Flores fue que no pensaba nada. A la segunda contestó con un sincero no. A la tercera dijo que era, ciertamente, un hecho lamentable, pero que la policía periódicamente iba atrapando a los asesinos. El padre de Rosa no hizo ninguna pregunta más y se quedó inmóvil sentado en un sillón mientras su hija salía a despedir a Chucho Flores a la calle. Cuando Rosa volvió a entrar y aún se oía el ruido del motor del coche de su novio, Óscar Amalfitano le dijo a su hija que tuviera cuidado con ese hombre, que le daba mala espina, sin aducir ningún argumento que respaldara sus palabras.
-Si no he entendido mal-se rió Rosa desde la cocina-, lo mejor es que lo deje.
-Déjalo-dijo Óscar Amalfitano.
-Ay, papá, tú cada día estás más loco -dijo Rosa.
-Eso es verdad-dijo Óscar Amalfitano.
-¿Y qué vamos a hacer?¿Qué podemos hacer?
-Tú, dejar a ese pedazo de mierda ignorante y mentiroso. Yo, no sé, tal vez cuando volvamos a Europa me interne en el Clínico para que me den unos electroshocks.
(Un día, un libro 264/365)
Escuchando: Let it slide. Alabama 3.
2 comentarios
Fue esta, la parte del libro que más me sedujo. Creo que maneja mucho mejor el registro tipo-policial-negro (digo: creo). El enamoramiento de Fate y su mirada travelling por las habitaciones son magistrales.
A mí me sería difícil escoger cual es la parte que me gustó más. Cada una tiene un estilo muy diferente.