En vez de hacer el camino de Santiago el protagonista decide hacer el opuesto y dirigirse a Trapisonda, de claros ecos de tebeos de Bruguera. Acompañado de una marioneta que es su voz en la conciencia se irá encontrando con diferentes personajes: las tres hermanas, un caballo dramaturgo, un ente enmarañado en perpetuo estado de mal humor e incluso, como en todo viaje iniciático, a sí mismo.
Cada cómic de Max es un pequeño regalo visual, en este caso acompañando una historia sencilla pero eficaz, llena de referencias a obras propias y ajenas, con un minimalismo que causa tanto pasmo como placer.
Muy bueno.
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