Ariel, 2010. 224 páginas.
Tit. or. The Uses And Abuses Of History. Trad. Ana Herrera Ferrer.
La historia está de moda. Cada vez se publican más novelas históricas. Con frecuencia se hace uso de acontecimientos históricos para defender determinadas políticas. Es habitual simplificar los hechos para que encajen con una historia bonita.
La historia se interpreta o se ignora con fines políticos. Pero los hechos son tozudos. La historia no se compone de buenos y malos, de héroes sin tacha y villanos inmisericordes. La realidad siempre es compleja, y si queremos comportarnos como adultos debemos investigar los hechos y dejar de lado los prejuicios. En la sociedad actual me da la impresión de que vamos en el camino inverso, abrazando cada vez más en las redes sociales los mensajes simplistas e ignorando la complejidad del mundo.
Conocer la historia no sólo nos evita tener que repetirla, también nos proporciona consejos y analogías para encarar los retos del presente. Siempre y cuando no estiremos demasiado las analogías, porque el mundo va cambiando.
Bien está que aumente el interés por la historia, siempre y cuando seamos capaces de mirar a la verdad a la cara, y no estemos buscando mentiras edulcoradas para justificar nuestros nacionalismos y nuestros odios.
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