Editorial Emecé, 1998. 334 páginas.
Ternura teratológica
A este autor lo descubrí gracias a Quim Monzó. Si uno de los mejores cuentistas contemporáneos se declara admirador de Covadlo, es que algo tendrá, me dije. Y así es; estamos ante un escritor de primera.
Hasta ahora sólo había leído ‘Agujeros negros’ y ‘Animalitos de Dios’, sendos volúmenes de relatos que me dejaron maravillado por su calidad. Y, como decía hace poco en un post, hasta en las bibliotecas pequeñas pueden encontrarse tesoros. Esta novela y la segunda parte de los cuentos completos de Cortazar (que comentaré en breve) fueron el botín de hace dos semanas. De paso me he enterado que Lázaro Covadlo es periodista especializado en temas culturales y científicos, y que vive muy cerquita, en Sitges. Si me doy una vuelta por esa ciudad intentaré buscar esa cara un poco cínica que aparece en la solapa.
La novela arranca con el encuentro del protagonista, Ernesto Pasternak, mitómano profesional que dice ser pariente del escritor ruso con el mismo apellido con Vicente Zárate, de profesión teratólogo (useasé, estudioso de monstruos -humanos-). A partir de aquí asistiremos al encuentro de Ernesto con una serie de personajes a cual más interesante y original: Richard Bailey, un americano que luchó en la guerra civil y tuvo que hacerse pasar por el hermano tonto de su mujer; Alberto Duarte, su compañero de parrandas y atracador de escaso éxito; Shloime Matrajt, judio superviviente de los campos de exterminio, obsesionado con comer; Nicolás Maremotto, boxeador y cantante pop cuyo metabolismo va más deprisa que lo habitual; asociaciones de boyscauts judías, sectas religiosas y un largo etcétera. Todo ello a la sombra de las obras de Giordano Tallaferro, excelso filósofo renacentista.
El resultado es una novela ágil, divertida, bien escrita, cínica, tierna y no tan pesimista como algunos de sus futuros cuentos. De un humor inteligente, te arranca por momentos las carcajadas y se lee de un tirón. Un libro altamente recomendable de un autor imprescindible. Para leer y releer.
P.D. «.. me lo reocmendó un amigo y desde que lo leí no he parado de, a mi vez, recomendarlo. me siento muy cerca de estos relatos.» Quim Monzó.
(Un día, un libro 197/365)
Escuchando: Corte de luna. Macaco.
2 comentarios
Pues a ver si consigo los cuentos, ya sabes que tengo pasión por el género. Lo que no sé es dónde, porque las bibliotecas me quedan más bien lejos.
En fin…
El de ‘Agujeros Negros’ de bolsillo puede encontrarse con facilidad, el de ‘Animalitos de Dios’ lo compré no hace mucho en el FNAC. Merece la pena.
Como mínimo, en su página web puedes encontrar algún texto suyo