William Shakespeare. El mercader de Venècia.

octubre 25, 2005

Institut del teatre, 1985, 2001. Biblioteca teatral. 151 páginas.
Tit. Or. The merchant of Venice. Trad. Josep M. de Sagarra.
19 personajes. 16 hombres y 3 mujeres.

Shakespeare Mercader Venecia
Agudo ingenio

Cuando compré por 20 euros esta estupenda colección de teatro y vi que estaban la mayor parte de las obras de Shakespeare pensé ‘Por fin voy a poder leer el Mercader de Venecia‘, a la que le tenía muchas ganas. Soy algo masoquista; dejo siempre los libros que me gustan para el final y es ahora -cuando me quedan apenas 25 obras por leer- que por fin me he permitido hincarle el diente.

La obra se estructura alrededor de un préstamo muy peculiar. Antonio, un mercader de Venecia, necesita urgentemente dinero. Shylok, un judío rico, se aviene a prestárselo con unas curiosas condiciones; si no es capaz de devolver el préstamos deberá entregarle una libra de su propia carne. Como es de suponer, Antonio no puede hacer frente al pago y Shylok reclama lo prometido. El talento de Porcia conseguirá un final feliz.

El personaje del prestamista, obsesionado por que se cumplan las leyes sin ninguna posibilidad de clemencia (Tengo mi papel) entraría de lleno hoy en día dentro de lo políticamente incorrecto. Ese arquetipo de judío malvado que se puede encontrar en muchas obras -sin ir más lejor, en Gustavo Adolfo Becquer- choca de lleno con la sensibilidad moderna, pero funciona muy bien como personaje.

Como es habitual en Shakespeare, el texto va más allá del juego de ingenio. El nacimiento del sistema capitalista y los amores de Porcia enriquecen un texto que es, con toda justicia, un clásico del teatro universal. Una espina que me he sacado y una nueva recomendación de este cuchitril.

P.D.: Se acaba de estrenar una película basada en esta obra hace poco. Habrá que verla.

(Un día, un libro 198/365)
Escuchando: Noite Severina. Lula Queiroga.

5 comentarios

  • PLBello octubre 26, 2005en1:47 am

    La version filmica de Radford sigue la obra al pie de la letra. Ahora bien, las acciones del politicamente incorrecto Shylok estan muy justificadas gracias a una introduccion historica y a ciertas escenas «mudas» (de esas en las que no se recita el texto «oficial» y el director interpreta como quiere el contexto y añade algo de sus cosecha). Y sobre todo por Al Pachi, que siempre logra conmover cuando quiere.

    Curioso porque ademas no había leido el texto antés, me he acostumbrado al teatro representado (o adaptado al cine, por culpa de David Mamet). El tema del prestamo del judio entra y sale de escena constantemente pero esta obra es sobre todo una comedia de amorios con algun punto dramatico. Curisosas mezclas hacía Shakespeare.

  • Vigo octubre 31, 2005en10:40 am

    Para comentar algo, aunque es anecdótico y evidentemente no desmerece para nada la obra de Shakespeare, y por supuesto habría que argumentarlo seriamente y situar a Shakespeare en la situación histórica correspondiente. Pero a lo que iba: hay diversos trabajos que señalan a Shakespeare como un autor antisemita, ya que los personajes judíos no suelen salir demasiado bien parados en sus obras. Pero un servidor aunque sabe algo, tampoco está demasiado versado sobre el tema para darle demasiada coba a este tipo de comentarios. Quien quiera indagar que se trague una buena dosis de Estudios Culturales.

  • Palimp octubre 31, 2005en4:57 pm

    PLBello, me convences todavía más para ver la obra. A mí también me gusta el teatro adaptado al cine, más si tenemos en cuenta que hoy en día el teatro está de capa caída -por falta de espectadores, no de calidad-.

    Vigo, todavía estoy por leer algún clásico donde los personajes judios salgan bien parados. El antisemitismo debía ser muy frecuente en la época. Que esto no se tome como una defensa de Shakespeare, es sólo una manifestación de mi sorpresa.

  • PLBello noviembre 3, 2005en1:27 am

    Algún clásico donde los judios salgan bien parados… Mmm estaba yo pensado que en ninguno, si bien podemos encontrar una obra (La Celestina) donde los gentiles son puestos a caer de un burro por el converso Fernando de Rojas. Donde las dan las toman, ¿no?

    Por supuesto siempre siempre será tema de eterna discusión si se trata de una obra de teatro de verdad.

  • Palimp noviembre 6, 2005en9:17 pm

    Algo de justicia tenía que haber ¿no?

    Obra de teatro es; pero a ver quien es el guapo que la monta.

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