Tratado sobre el arte del guión del cineasta y guionista Julio Diamante estructurado en dos partes. En la primera nos habla de la teoría del guión, habla un poco de los recursos al alcance del escritor, da ideas sobre estructuras, apuntes técnicos, en general bastante atinados e interesantes, alejados de la inanidad habitual de este tipo de manuales.
En la segunda parte trae sus propios guiones y tratamientos, analizando los recursos utilizados en cada uno, lo que sirve a la vez para ver la práctica de la teoría explicada y también como sinopsis de muchas de sus películas. Si quieren ejemplos de buenos textos aquí hay un muestrario extenso.
Por encima de la media de libros que nos aconsejan cómo escribir un buen guión.
Bueno.
Frecuentemente, el tema o idea-clave puede ir acompañado de subtemas. En un cuidadoso estudio en el que Jacques Chevalier analiza Vive como quieras (You can’t take itwithyou, 1938, FrankCapra), se evidencia cómo junto a una idea-clave fundamental: «El dinero no hace la felicidad», subyacen otros pensamientos secundarios, que podemos calificar como subtemas, como son: «Los millonarios, por el dinero, están abocados a provocar la desdicha de los otros; Actuando así no obtienen la felicidad; Haz lo que quieras, pues con la espontaneidad se consigue la felicidad; Los millonarios son capaces de encontrar la felicidad, siempre que alguien hable a su corazón, deshumanizado por el dinero».
Como puede apreciarse, de este ramillete de pensamientos se desprende un optimismo ilusorio, según el cual los problemas sociales se arreglarían si los millonarios se pusieran —como en este film— a tocar la armónica. Una simpática filosofía muy característica de Capra.
Sinopsis, tratamiento y guión
El tema y la idea argumental son los puntos de partida del guión. Las etapas principales siguientes son: la sinopsis, el tratamiento y el guión literario o continuidad. La sinopsis es el primer desarrollo del tema. Su extensión es muy variable. La más adecuada para el trabajo del guionista o para la presentación como proyecto es de 6 a 12 folios. Pero muchas veces se califica como sinopsis un texto destinado a preludiar la lectura del guión ya desarrollado o introducir el film, y en estos casos puede ser mucho más breve, 1 o 2 folios.
El tratamiento es la etapa más delicada. En él debe estar ya perfectamente desarrollada la acción, segmentada y estructurada por escenas y secuencias. Su extensión debe ser de unos 30 a 45 folios, aproximadamente.
El guión literario o continuidad desarrolla la trama de manera aún más detallada e incluye los diálogos. Puede presentarse en dos columnas: la de la izquierda destinada a recoger las descripciones y acciones, y la de la derecha, donde van las indicaciones referentes a la banda de sonido (diálogos, ruidos, indicaciones musicales), o con la presentación de un texto literario normal. Su extensión es, usualmente, de 100 a 150 folios. Posteriormente, a partir del guión literario puede prepararse el guión técnico, que incluye la planificación o «découpage», o sea, la fragmentación del guión en planos con indicación de los movimientos de cámara. Esta fase corresponde al director de la película.
Muchas veces, la mayor parte de ellas, en el rodaje se trabaja con el guión literario y el realizador espera a conocer el lugar e incluso el momento de filmación antes de planificar.
Los guiones que aparecen publicados con «découpage» incluido han sido en su mayoría preparados a partir del film ya terminado, controlándolo en la mesa de montaje.
En un guión es fundamental que la historia sea verosímil y que pueda ser seguida con interés. No hay que confundir el que sea verosímil con que tenga que ser verdadera. Hay situaciones o sucesos reales que resultan increíbles. Y sucede como con la mujer del César: no basta que sea honesta, tiene que parecerlo. Para que una historia mantenga el interés debe resultar comprensible para el espectador al que va dirigida. Lo cual exige que esté bien contada. (Otro problema diferente es que a determinados espectadores no les interese la historia, o no les guste como acaba, o no se identifiquen con sus personajes principales, o les desagrade el lenguaje cinematográfico utilizado.) El que una historia esté bien contada depende en gran medida de su construcción, en la que el guión es determinante.
Construcción
Al encontrarnos ante la construcción del guión, el primer problema es decidir en qué punto de la historia establecemos el inicio y el final. Esto corresponde a las dos expresiones tradicionales del cuento popular, que se inicia con Erase una vez… y concluye con…jy vivieron felices, eliminando así los hechos que acontecieron antes del inicio y los que puedan acontecer tras la frase final.
Toda narración es, en mayor o menor medida, la historia de una pugna. (Aunque trate de alguien que desea alcanzar el nirvana o que lo haya alcanzado ya.) En síntesis: Alguien desea conseguir —o conservar— algo. Ese «alguien» puede ser una persona (o un animal o un objeto animado) o varias (el protagonista o los protagonistas).
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