Excelente el reportaje que escribía Juan Cruz en El País en Babelia: Volver a Juan García Hortelano.
Ahora que no dura ni la amistad, los que amaron a Juan García Hortelano porque era el amigo de todo el mundo, como Kim de la India, le recuerdan como un amigo leal, un santo laico que fumaba y bebía. Hasta el fin, y sobre todo en los años del fin, El Horte fue como el personaje de Hemingway que tanto cita Alfredo Bryce Echenique: «Conoció la angustia y el dolor pero nunca estuvo triste una mañana».
P.D. Otro artículo de El País sobre los gulags : Dos viajes al horror del gulag, que sirve de complemento al libro de Martin Amis Koba el temible
Un comentario
Leer a García Hortelano es placer contenido y descubrimientos llenos. Un gran escritor a descubrir siempre…
Brindo en la tarde rondeña por él.
José María.