Editorial Suma de Letras, octubre 2003. 302 páginas.
Novela gafe
Pese a que su autor la consideraba la mejor novela que había escrito, poca suerte tuvo esta novela de Marías cuando fue publicada en 1983. Poca fe por parte de los editores, escasas críticas y menos lectores. Eso comenta Marías en el prólogo a la edición de 1995, que parecía empezar con mejor pie; dos reimpresiones con un total de nueve mil ejemplares. Pero desacuerdos con la editorial provocaron que ésta retirara el libro de sus puntos de venta y no volviera a reimprimirlo. En palabras del autor:
No puedo hablar más que de sensaciones, pero la que experimenté durante ese largo periodo fue de que ‘El siglo’ de 1995 había sido ‘secuestrado’ a los pocos y afortunados meses de su nacimiento
No exagera; si este libro no estaba en la biblioteca de un amigo mío, verdadero fan de Javier Marías, es que no era tan fácil de conseguir. ¿Habrá acabado el mal fario con esta edición de 2003? No sabría decirlo, pero como mínimo ha llegado a mis manos.
Un anciano, cuya única obsesión en la vida ha sido labrarse ‘un destino único, nítido e inconfundible’ influido por los discursos que su padre peroraba en sus paseos de domingo, hace recuento de su vida. Su discurso es complementado por la narración de como intentó buscar su destino, en primer lugar, en el amor. Tras su fracaso intentará convertirse en un hérore de guerra, pero su naturaleza indolente le impedirá conseguirlo. La casualidad hará de la delación su destino último.
Aunque Marías lo niegue, la influencia de Benet es meridiana. Y aunque la calidad de la novela es innegable, todavía no había encontrado Javier su estilo personal, aunque muchos de sus elementos hagan ya acto de presencia. Siempre he creído que se sobrevalora el estilo de Marías, cuando en lo que realmente sobresale es en construir historias y personajes curiosos pero sin fisuras. Excepcionales, en este libro, ‘El Leon Napolitano’ cantante de ópera e hijo adoptivo del protagonista y su lúbrica esposa, la mano del destino encarnada en Donato Dato, el siniestro coronel de Berua, y toda una gama de personajes secundarios que brillan con luz propia.
Sin duda alguna, un excelente prólogo a las dos primeras partes de su reciente trilogía. No dejen que la mala fortuna de esta novela les impida disfrutar de su lectura. Imprescindible para comprender la evolución del autor y, por supuesto, muy recomendable.
(Un día, un libro 259/365)
Escuchando: Ninfómana suicida. Babylon Chat.
No hay comentarios