Páginas de Espuma publica Vindictas:
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Gracias al encuentro entre escritoras de distintas generaciones se recuperan aquí veinte voces de distintos países de Latinoamérica que habían sido desplazadas por el canon literario. En palabras de Jorge Volpi, esta antología “surge para cuestionar la convicción de que conocemos los grandes cuentos del siglo xx”.
Recomendamos el excelente libro El infinito en un junco y es interesante lo que le dijo su editorial de toda la vida:
Sé que con nosotros el libro no habría tenido esa repercusión o habría sido muy difícil. Aunque por suerte somos una editorial con una buena distribución, nuestros libros llegan a las librerías de toda España y tenemos nuestro público, no habría sido lo mismo. Y no nos arrepentimos porque por delante del dinero está nuestro aprecio
Todo lo contrario de lo que ha pasado con Pre-Textos y la premio nobel Louise Glück, que aunque ha sido muy criticado por todos, hay gente que defiende a la poeta:
La traidora siempre es la poeta
El caso Gluck
Mi empatía está con Glück, siempre estará con un escritor, que es el eslabón más débil en la cadena del “mercado” editorial. Hay que recordar la precaria situación de un autor de pocas ventas en el mundo hispanohablante, en el que incluso las pequeñas editoriales sin capacidad para distribuir internacionalmente suelen exigir derechos mundiales en español.
Comentamos en esta bitácora La matanza de la escuela de Santa María de Iquique, lo que ignoraba es que tenía una continuación muy interesante:
A siete años de una de sus más sangrientas gestas, la matanza en la escuela Santa María de Iquique, un puñal sorpresivo lo golpea por la espalda doblegando sus rodillas y dejándole el esfínter distendido. Un segundo golpe le da cerca de su oreja, otro corte superficial lo dejó bamboleándose de las verjas de una de las casas mientras su atacante se dio a la fuga corriendo en dirección a calle Rondizzoni.
La víctima era nada más y nada menos que el general Roberto Silva Renard, célebre por haber comandado la tropa de ejecución en Iquique. El atacante, Antonio Ramón Ramón, obrero español que había llegado al país hace siete años. El motivo de la violenta escena se remontaba a esos siete años, a la matanza en la Escuela Santa María de Iquique, donde el general Silva Renard mandó a acribillar entre otros a Manuel Vaca, hermano de Antonio, quien se encontraba manifestándose en la escuela junto a otros dos mil quinientos compañeros por mejoras materiales de vida y un régimen laboral más digno.
Resucitan las novelas por entregas. Después de deleitarnos con sus reseñas el autor de Devaneos nos ofrece una ficción muy interesante:
Morirá de la risa, pero no le hace ni puta gracia ser un desahuciado de la vida y al despertar abre la ventana y grita, o berrea, como cuando era bebé (lloró cuando vino al mundo y ahora que se tiene que ir. En resumen, ya se lo decían los curas en el colegio: La vida es un valle de lágrimas), vomitando su carga decibélica en el patio de luces. Griterío el suyo que apenas origina movimiento alguno de contrariedad entre el vecindario, en parte porque la mayoría son abuelos que no se ponen los audífonos cuando están en casa, con la idea de alargar estos la vida útil de sus baterías, y ya podrían estar los U2 tocando Where the streets have no name en el terrado o él haciendo el imbécil con un megáfono toda la santa mañana, que no se enterarían de nada. Además, una tercera parte son pisos de extranjeros, fuera la mayor parte del día, para quienes no entra entre sus planes llamar a la policía local para informar de que hay un tarado gritando como un loco. El resto de pisos están vacíos, okupados o son apartamentos turísticos. Esos no cuentan. Constata que gritar sin tasa lo calma, que sin el auxilio de los gritos podría ser un tipo peligroso, muy peligroso, capaz de protagonizar perfectamente Un día de furia o algún Relato salvaje.
2 comentarios
Hola JP, gracias por la mención.
Un saludo
Francisco
En el cuchitril esperamos ansiosos las nuevas entregas 🙂