Este verano el escritor Ignacio Vidal-Folch, admirado en este Cuchitril pese a sus veleidades políticas, publicaba en El País un reportaje sobre el esplendor medieval de Barcelona, Catedral del mar mediante. La casualidad ha dispuesto que el origen de su paseo coincida con el que diariamente encamina mis pasos hasta mi actual antiguo despacho. Les propongo compartir con Vidal-Folch el paseo por Barcelona ilustrado por una serie de fotos.
Paseo por el esplendor medieval
Y aquí tienen las fotos: si alguna les llama la atención sólo tienen que pinchar para hacerla más grande:
La entrada del Portal del Ángel, llamada así porque estaba presidida por un ángel. Hoy llena de tiendas de ropa:
El ángel debía encontrarse más o menos al final de estas puntas, y aunque seguramente era una estatua discreta me la imagino grande y majestuosa como los ángeles de Gaiman:
Caminando hacia la catedral, y mirando a nuestra izquierda, encontramos la calle que nos conduce al famoso bar Els quatre gats
Continuando nos encontramos con la terraza del Círculo Artístico; yo no he estado nunca pero parece un sitio muy fashion. Si siguiéramos por la derecha encontraríamos muchas más tiendas de ropa y acabaríamos en las Ramblas, pero nosotros giraremos a la izquierda.
Se adivina la catedral al fondo, pero antes podemos disfrutar de estos dibujos de Picasso de los que recuerdo haber leído que en un principio fueron rechazados.
Por fin nos encontramos con la Catedral, cuya fachada están reformando, así que no la muestro para no hacer publicidad gratuita. Hay restos de un acueducto romano. Desde la plaza se contempla, a la derecha, el nuevo Mercado de Santa Catalina, de techo multicolor que queda muy bien en las fotos por satélite. Frente a la catedral tenemos dos caminos. El de la derecha es el más turístico y no se camina con mucha fluidez. Tras pasar un arco de principios del siglo XX falsamente gótico llegaríamos a la plaza San Jaume, dónde se encuentran el Ayuntamiento y la Generalitat. Nosotros seguiremos el de la izquierda, más estrecho pero más tranquilo y bonito.
Tras andar unos metros por la calle fotografiada arriba llegamos a la Plaza de San Iu. Sí, un santo con nombre de partido político de izquierdas. Shgrek me informó que es la traducción al catalán de Ives. Es una plaza muy pequeña en la que suelen tocar músicos -y apelmazarse los turistas. En los capiteles hay una representación de San Jordi y el dragón:
Ni tres pasos después nos encontramos con la parte trasera de la catedral. Cuando uno hace el recorrido inverso y llega a este punto parece que te has trasladado en el tiempo y estás en el medievo:
Atención especial merecen las gárgolas:
Y el anacronismo; un moderno sistema de alarma:
Si seguimos camino y desviamos nuestra vista a la derecha podemos ver la Plaza del Rey, con su escultura de Chillida:
Y un poco más alante nos cruzamos con la calle de la Llibretería -le dedico el fansing a Vigo– en la que ahora no hay ninguna librería:
Cruzando la calle San Jaume encontramos la plaza De San Just, un sitio tranquilo y poco conocido pero también de sabor medieval. Aquí se han rodado muchas películas y anuncios. La iglesia es de los santos Justo y Pastor, que pueden verse en la torre, pero la plaza y una calle adyacente sólo han tomado el nombre del primero.
Caminando por la calle Palma de San Justo llegamos a la puerta tras de la cual hay gente trabajando para la dominación mundial:
Aquí acaba mi paseo diario, que quería compartir con ustedes.
10 comentarios
Agradable paseo, tanto diurno como nocturno.
El que tengo ahora, en cambio, no es nada agradable.
Si! Yo trabajé para la dominación mundial
MuuuAAHUUAAHuahUAHuahUAHUAHuahUAuaHUAhauHAUhaHAuhaUAHuah
Gracias por el trayecto! Lástima de calle Llibreteria, que pena de tiendas ahora todas apra los guiris. Trabajas en el rovell de l’ou, ¿eh? ¿Y ya dominas el mundo?
Trabajaba, por desgracia. Ahora no disfruto de paseos tan estimulantes.
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¡Qué suerte, Palimp! Poder pasear diariamente por este ambiente tan especial… Yo tengo que hacerme 56 km por autopista de ida y otros tantos de vuelta para ir al trabajo, y encima tengo que sentirme afortunada porque voy en sentido contrario a los atascos. Disfrútalo cada día, eres un privilegiado.
Un saludo
Eso no se hace… Ahora moqueo como una magdalena (mentalmente), por la nostalgia.
Este entrañable paseo ha conseguido transportarme al pasado. Ha sido un placer, gracias por compartirlo.
Soy consciente de ser afortunado, de ahí que ponga estas fotos. Lo siento si provocan nostalgia 🙂 y me alegro si provocan placer.