Reservoir books, 2022. 290 páginas.
Zero no va a la universidad pero cada mañana sale de casa como si lo hiciera para no desengañar a su madre. Se monta en el metro y pasa 5 horas en un trayecto interminable de ida y vuelta. Allí conoce a Arloc, un joven grafitero con una vida de mierda, ansia de cultura, y muchas agallas.
Todo arranca con un dedo encontrado en la calle y finaliza con la explicación del origen del dedo y, como es habitual en el autor, desfilan los personajes habituales, su conciencia-armadillo, su autocompasión en una historia que es por momentos bastante trepidante.
Uno de los libros que más me ha gustado del autor, y a mi hijo, fan absoluto de Zero, también.
Muy bueno.
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