Primer acto, 2020. 290 páginas.
La revista Primer acto resiste incluso en tiempos de pandemia, algo que impregna muchas de las páginas y reflexiones que contienen este número. Hay unas cuantas piezas teatrales breves, de apenas una página, que me han resultado bastante interesantes. Como obras más extensas se incluyen:
Quién bailará esta carta, de Féliz Gómez-Urda
Instrucciones para caminar sobre el alambre, de QY Bazo, Juanma Romero Gárriz y Javier G. Yagüe
Pelodenieve, de Luis Fernando de Julián.
De las cuales solo me ha gustado la segunda, retrato de esta sociedad asfixiante donde hay que correr contínuamente para mantenerte en el mismo sitio, los trabajos son precarios y caminamos contínuamente sobre el alambre.
El resto de artículos y reseñas en la línea habitual de la revista.
Muy recomendable.
tras la puerta de la consulta, aguarda una interminable cola de espera. Duele, por saber que ese médico está ahora mismo en todas las consultas, en todos los centros hospitalarios de este país. Duele porque sentimos que nos hemos quedado cortos. Que la realidad -una vez más-nos ha pasado por encima. “Quizás lo mejor es dejar la obra en un cajón” llega alguno de nosotros a decir. El temor a que la obra palidezca ante lo que está pasando es demasiado grande. La sospecha de que esto va a transformar completamente nuestro panorama, nuestra percepción.
Han pasado los meses. La pandemia sigue aquí. Pocas cosas han cambiado desde entonces. Y las que han cambiado… no han sido necesariamente a mejor. El polvo de la confusión sigue flotando, pero parte se ha asentado. Podemos ver a través de él. Y el alambre sigue ahí. Solo que ahora está más concurrido.
Alba tiene compañía. Nosotros mismos. Todos estamos caminando sobre el alambre.
En realidad llevamos mucho tiempo caminando sobre él y ahora somos más conscientes que nunca. De alguna manera ha ocurrido justo lo contrario a lo que temíamos en aquellos días de encierro. Lejos de diluirse y caer en el olvido, la historia de Alba ha vuelto con fuerza, exigiendo ser contada. Porque contar la suya es contar la nuestra. Porque contarla también es una forma de Resistencia, con mayúscula.
Quizás hoy más que nunca tiene sentido que el telón metafórico de la Sala Cuarta Pared se alce de nuevo para acoger el reestreno de Instrucciones para caminar sobre el alambre. No solo por el hecho de celebrar el merecido Premio Nacional de Teatro que acaba de recibir en reconocimiento de una brillante trayectoria al servicio de la Cultura, otra vez con mayúscula. También para celebrar la ocasión de volver a compartir este espacio de encuentro y diálogo. Un espacio donde buscar la respuesta a la pregunta que nos concierne a todos: “¿Adonde vamos, Alba?”
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