Editorial Popular, 2004. 112 páginas.
Recopilación de cuentos más o menos breves de autores panameños (ninguna sorpresa), no pongo la habitual lista porque son demasiados. El antologador ha intentado dar cabida a bastantes autores y la calidad resulta ser bastante desigual.
Así, al lado de relatos como El juego, de Pedro Rivera, que narra una estampa aparentemente costumbrista que acaba siendo bastante turbia, y que es muy bueno, nos podemos encontrar con otros como Cierra tus ojos de Roberto Pérez-Franco que tiene un cierre que ya le hubiera parecido rancio a los escritores del XIX.
Pero en general se dejan leer, hay destellos aquí y allá que sostienen el conjunto. Hay desde relatos costumbristas, de paisajes del Panamá profundo hasta situaciones modernas como el diferente rumbo tomado por dos amigas de la infancia.
Está bien.
LE PEDÍ AL GENIO
CLAUDIO DE CASTRO
Este genio ha de ser un tonto, me dije un día. Todo lo que le pido, me lo da al revés.
Estaba cansado de sus impertinencias y decidí deshacerme de él. Sabía que no sería fácil, por eso estudié con cuidado lo que haría.
Para que no hubiese equívocos, daría una orden directa, fácil de cumplir.
Tomé el frasco antiguo de donde salió, le señalé la entrada con mi índice y ordené:
-Entra aquí.
Y entró en mi dedo.
Desde entonces sufro de esta inflamación bajo la uña, que me atormenta día y noche.
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