Sins entido, 2009. 188 páginas. Tit. or. Mourir partir revenir. Le jeu des hirondelles. Trad. Lucía Bermúdez Carballo. Cuando el primer libro que lees de una autora te enamora de una manera especial tienes ansia de leer otras cosas suyas y miedo de que la primera joya sólo fuera una casualidad. Así encaraba la lectura de este juego de las golondrinas después de mi deslumbramiento con El piano oriental. Beirut está en guerra. Sólo un pequeño cuarto de un piso del bloque de edificios es el sitio más seguro cuando están bombardeando la ciudad. Allí, mientras dos niños esperan a sus padres, se van juntando los vecinos de la escalera, hablando, recordando historias, conjurando a la muerte. Si el piano era bueno, estas golondrinas son aún mejores. Suman a la gran calidad gráfica de la autora, a su talento para contar historias, a su ternura desbordante, un trasfondo trágico que logra asomar incluso a través de las ilustraciones de trazo naif de la autora. Corran a leer algo de Abirached, no tarden tanto como yo en descubrirla.
Salamandra, 2016. ¿Es posible enamorarse de un cómic en unas cuantas páginas? Sí. Es lo que me pasó con este piano oriental. La manera de dibujar me cautivó, la estructura de las páginas me sorprendió, y la ternura de la historia terminó de seducirme. Seducción que llegó hasta el final de este libro donde se mezclan las desventuras del inventor del piano oriental (con distancia de un cuarto de semitono entre las teclas), la integración de la autora en París desde su Beirut natal, y la difícil pero bonito en ocasiones que es integrar dos mundos. Muy, pero que muy, recomendable.