Anagrama, 1999. 170 páginas. Tit. Or. Gone Fishin’. Trad. Cecilia Ceriani y Txaro Santoro. El joven Easy Rawlins se ve obligado a acompañar a su amigo Raymond para intentar convencer a su padrastro para que le de dinero para su próxima boda. En un automóvil prestado iniciarán un viaje que les conducirá a lo más profundo de los pantanos, a un mundo donde la realidad se ve de otra manera. Una galería de personajes inolvidables, una prosa de altura, una trama delirante y espesa como la melaza, un pedazo de libro que me ha hecho disfrutar como un gorrino, que deja un sabor de boca excelente y que te hace pedir más. No la leí en la mejor de las circunstancias y aún así me empapó de ese extraño ambiente donde el vudú, el sexo, los predicadores y los fuertes lazos familiares se entremezclan. Excepcional. Un escalofrío recorrió a Ernestine. -Pero lo que tenía más grande era el corazón -continuó diciendo Mama Jo—. Le encantaban los niños y los animales y los árboles y hasta la basura. Solía decir que quería conocer a la mayor cantidad de gente posible y que todo el mundo le conociera. »Si alguien estaba agobiado…