Atalanta, 2006. 164 páginas. Tit. or. The wicked voice. Trad. Ana Becciu. Incluye los siguientes relatos: La muñeca Amour Dure La voz maligna La voz del pasado Que, fuera del enorme talento para dibujar ambientes asfixiantes, no me impresionó demasiado. Aquí lo tratan (y reseñan) mejor: La voz maligna y La voz maligna. Se deja leer. Luego, poco a poco, volvió a contemplar su colección de medallas y reanudó sus cabalgadas, pero jamás volvió a ver a sus amigos ni dejó de pasar una hora en aquel aposento con la muñeca. Después sucedió lo de la lavandera. ¿Fue entonces cuando mandó la muñeca al ropero? ¡Oh, no! No era esa clase de hombre. Era un idealista, un sentimental, un débil, y el amorío con la lavandera creció gradualmente, amenazado por la pasión inconsolable por su esposa. No se hubiera casado nunca con otra mujer de su propio rango, ni le hubiera dado una madrastra al hijo de ella (al hijo lo enviaron a una escuela lejana y fue de mal en peor); cuando se casó con la lavandera ya estaba medio senil y lo hizo porque ella y los curas lo forzaron amedrentándolo para que legitimara a la otra hija….