Tabla rasa, 2011. 126 páginas. Marcos Ana ingresó en la prisión en 1939, con apenas 19 años. Estuvo preso hasta 1961, cuando fue liberado gracias a la gestiones de la recién creada Amnistia Internacional. En la cárcel escribió numerosos poemas que han sido calificados como poesía de trinchera. En ellos nos cuenta su vida penitenciara y defiende un ideario de izquierdas no revanchista. Los habituales en esta web ya me han oído decir muchas veces mi falta de talento para apreciar la poesía. En estas páginas hay muchos poemas verdaderos, escritos desde el dolor. Es difícil no estremecerse cuando el poema se interrumpe por la llegada del carcelero. Pero en cuanto a estilo confieso no haberme sentido demasiado emocionado. Aún así, muy interesante. ¿La vida? Decidme cómo es un árbol, contadme el canto de un río cuando se cubre de pájaros, habladme del mar, habladme del olor ancho del campo de las estrellas, del aire. Recitadme un horizonte sin cerradura y sin llave como la choza de un pobre, decidme cómo es el beso de una mujer, dadme el nombre del amor no lo recuerdo. ¿Aún las noches se perfuman de enamorados tiemblos de pasión bajo la luna o solo…