Lumen, 2015. 128 páginas. Trad. Andreu Jaume. ¿Qué mala crítica escuché sobre este libro? ¿Qué comentario confundí para pensar siempre que era un tostón? No me acuerdo, pero si finalmente lo he leído ha sido por completar los cromos y lo empecé con un gesto de fastidio. Enseguida me cambio la cara. Ni tostón, ni versos oscuros y aburridos. Poesía en estado puro, cristalina, emocional, de una perfección formal exquisita, conmovedora. Lo estaba acabando al salir del metro y no sólo no pude dejar su lectura, sino que subí las escaleras casi conmocionado. Algo entendible si se leen estos versos: Aquí no hay agua sino solo roca roca sin agua y el camino de arena el camino que serpentea arriba en las montañas que son montañas de roca sin agua si hubiera agua nos sentaríamos a beber en medio de la roca no puede uno parar o pensar seco está el sudor y los pies en la arena si por lo menos hubiera agua entre la roca muerta montaña con boca llena de caries que no puede escupir uno no puede aquí estar ni yacer ni sentarse no hay siquiera silencio en las montañas sino seco trueno estéril sin lluvia…