Penguin Random House, 2021. 274 páginas. Tit. Or. Piranesi. Trad. Antonio Padilla Esteban. Piranesi vive en una extraña casa que parece un laberinto, con enormes salas con estatuas en las paredes, una especie de mar en la planta baja y un cielo que se cuela por los techos de las salas superiores. En realidad no se llama Piranesi, pero así le conoce el Otro, el único ser humano que le acompaña una hora cada martes y viernes. Apenas sabe nada de su pasado pero lleva un diario donde va anotando lo que ve y lo que le ocurre. Primer encuentro con la autora, famosa por su anterior novela que no he llegado a leer. La idea me resultaba atractiva, un espacio como aquellas cárceles que dibujaba Piranesi y habitado por alguien que no parece saber quién es. ¿Dónde está? ¿En el limbo? ¿En una simulación? La autora maneja muy bien el misterio creando un ambiente extraño y a la vez coherente. A la mitad del libro se explican todos los enigmas (de una manera un tanto expeditiva, en mi opinión) y a partir de ahí la novela se transforma en una aventura trepidante. Empecé a leerlo y no paré hasta…