Anagrama, 2011. 136 páginas. Los cuatro relatos/ensayos/artículos aquí comentados tienen todos un aire autobiográfico, sí, nos narran experiencias del autor pero el título a paesar del adjetivo es una exageración. Es más bien un cajón de sastre con reflexiones. ¿Significa esto que está mal? Al contrario, leer a Pitol es siempre un placer, sea en sus cuentos (de los que ya hemos hablado más de una vez por aquí: Los mejores cuentos, Vals de Mefisto) o novelas. Acercarse un poco a la intimidad de un autor que admiras siempre es grato. Una pequeña delicia. Más reseñas (muy extensas algunas) aquí: La autobiografía soterrada de Sergio Pitol, Una autobiografía soterrada y Una autobiografía soterrada de Sergio Pitol . Calificación: Muy bueno. Extracto: Al escribir las primeras palabras de El desfile del amor era plenamente consciente de que en todo momento debería ser una comedia de enredos, una divertida historia de equivocaciones que condujera ineludiblemente al callejón del crimen. Evocar esa época, consultar la edición de fotografías de los hermanos Casasola, recordar refranes y expresiones de uso común de mi infancia me resultó una fiesta. En dos semanas tenía concluido el trazo general de la novela. El desfile del amor pareció armarse…
Editorial Anagrama, 1986. 217 páginas. Vida de artistas No recuerdo si he comentado alguna vez por aquí cual es el método de trabajo que utilizo para escribir este blog. La cosa va más o menos así: primero voy leyendo los libros y los voy apilando al lado del ordenador. Cuando la montaña es peligrosamente grande y no me deja espacio en la mesa me voy planteando escribir las reseñas. Busco algún momento libre -normalmente el fin de semana- y me quito de encima las que puedo. Algunas veces el quitarse de encima es tan literal que así me salen. Consecuencia de todo esto es que muchas veces tengo que reseñar un libro que me he leído hace dos meses (y yo no tomo notas como la aplicada Cristina) y en ocasiones no me acuerdo muy bien del argumento. También implica que voy acumulando reseñas enlatadas que voy colgando cuando puedo y cuando ustedes leen una es de un libro que he leído hace tiempo. El caso actual es todavía peor; aunque lo leí en mayo se despistó en el traslado y no ha aparecido hasta hace poco. Cuatro meses transcurridos que no han borrado de mi memoria las buenas sensaciones…
Editorial Anagrama, 1984. 254 páginas. Colección de máscaras El tercer libro que tomé en préstamo de la biblioteca. Me habían gustado tanto los cuentos de Pitol que quería probar con alguna novela; de ahí que comprara El tañido de la flauta (tercero en la lista de esclavo lector) y me llevara éste. El libro no es una novela, sino un desfile. El protagonista es un historiador mexicano al que el hallazgo casual de unos documentos le hace recordar un nebuloso suceso de su infancia. Cuando tenía diez años dispararon en la puerta de su edificio a los invitados a una fiesta. El resultado, un muerto y dos heridos. Decidido a averiguar lo ocurrido años atrás se entrevistará con cuantos conocidos puedan darle información del suceso. La resolución del misterio es lo de menos; Pitol aprovecha para mostrarnos una singular galería de personajes; la tía del protagonista, de una nobleza venida a menos, la hija de una intelectual a la que le gustan las bromas coprofágicas, la organizadora de la fatídica fiesta, glamurosa dueña de una galería de arte, un excéntrico escritor no del todo en sus cabales y un misterioso y sórdido personaje al que el protagonista no logra conocer…
Editorial Anagrama, 2005. 245 páginas. Narraciones extraordinarias Lo compré estas navidades para autoregalármelo y tuve la suerte de encontrar todavía la primera edición -ventajas de comprarlo en un pueblo- antes de la reedición obligada tras la concesión del Cervantes. Aunque tenía muchas ganas de leerlo no pude; éste era el libro que la desesperada búsqueda de una hipoteca me impidió leer. Como si estuviera en un bucle infinito debía releer los párrafos porque no me había enterado de nada. Pasados los nervios pude disfrutar de su lectura. En la portada encontramos el siguiente texto, donde nos descubren el origen del Pitol escritor: Dice Pitol que en unas vacaciones, solitario en una casa de campo, comenzó a escribir sus primeros cuentos. Debía de tener veintitrés o veinticuatro años. Pasaba allí la convalecencia de una ruptura amorosa, también la primera. Se proponía odiar al mundo, pero no lo conseguía. Por las mañanas escalaba las alturas de una cordillera donde se enclavaba su cabana. En esos paseos intentaba rodearse de una aureola romántica, decadente, aun diabólica. Buscaba los acantilados más escabrosos, los más peligrosos, pero al llegar allí cualquier tentación tanática se disolvía de inmediato; le venían a la mente los acantilados de…
Ed. Anagrama, 2000. 125 pág. Narraciones extraordinarias El que la mayoría de mis compras se hagan en mercados de saldo limita mucho el número de autores disponible. Que en Barcelona haya muchas bibliotecas pequeñas y pocas grandes, también. A Sergio Pitol le tenía ‘echao’ el ojo desde hace mucho, y no me ha quedado más remedio que pasar por caja. Bueno, la que pasó por caja fue mi mujer que me lo regaló -junto con otros- para mi cumpleaños. El libro está compuesto por los siguientes relatos: Mephisto-Waltzer Una mujer sufre un ataque de despecho por la aparición en una revista de un relato de su marido. El relato veneciano de Billie Upward Comentario de una historia cuya protagonista, una escolar, se libra por un resfriado de ir con sus compañeras a las visitas guiadas. Gracias a eso descubrirá una insospechada, y quizá peligrosa, Venecia. Asimetría Un joven mexicano busca en París a algún antiguo conocido de su padre. En vez de eso conocerá a dos extrañas hermanas en cuya casa se alojará. Nocturno de Bujara Dos amigos cuentan a una pintora un tanto neurótica extravagantes historias, incluyendo la truculenta aventura de un pianista hungaro que en Samarcanda cometió el…