Selección bastante representativa de autores de cómic, tebeos o novelas gráficas, como uno quiera llamarlo. Teniendo en cuenta que a mí estas catas me gustan más que a un niño un caramelo esta de más decir que he disfrutado como un cochino jabalí. Además me ha descubierto a algún autor que desconocía. La muestra demuestra, además, que la calidad de la novela gráfica en nuestro país es muy alto, con autores muy recomendables.
Astiberri, 2015. 190 páginas. Recuperar a un trasunto de Roberto Alcázar como un castizo capitán América es sólo una de las muchas genialidades de este cómic. El secuestro de la candidata popular perfectamente reconocible, la reunión de los trasuntos de Podemos, el lugar donde descansaba este superhéroe español -que recuerda al Marvin de Miller- todo es de quitarse el sombrero. Me quedo con ganas de saber cómo concluye la serie. Cada día más enamorado de la labor de Santiago García como guionista.
Astiberri, 2016. 200 páginas. Esta segunda parte es menos divertida pero con más acción. Bustos se luce con unas viñetas de un dinamismo impactante. El conjunto de los dos tomos, impresionante.
Todavía no se sabe muy bien cual es la definición de ‘Novela gráfica’ pero Santiago García -uno de los mejores guionistas del cómic actual- realiza un estudio que rastrea las fuentes y la evolución del formato. Muy bien documentado, sirve también para descubrir autores históricos que se hayan escapado del rádar y valores nuevos. En el último tramo hay menos rigor histórico y más enumeración de autores, pero es igual de interesante. Un mal nombre El «mal nombre» del cómic empieza con el mismo Tópffer, que acostumbraba a utilizar apodos poco serios para referirse a sus propias creaciones, desde «garabatos» hasta «tonterías gráficas». En la recopilación de sus ensayos sobre el arte, titulada Réflexions et menus-propos d’un peintre genevois (1848), «Tópffer burbujea con teorías que no puede tomarse en serio. Sobre todo, no puede imaginar que el lector le tome en serio durante mucho tiempo»29. El deseo de teorizar contrarrestado por el temor a parecer demasiado pomposo de Tópffer tiene un significativo eco en el «manifiesto de la novela gráfica» de Eddie Campbell, que en su noveno punto reza: A los novelistas gráficos nunca se les ocurriría utilizar el término novela gráfica cuando hablan con sus colegas. Normalmente se referirán…
Astiberri, 2014. Tenía muchísimas ganas de hincarle el diente a este cómic. La adaptación del poema épico de Beowulf a manos de Santiago García y David Rubin tenía, a priori, una pinta estupenda. Por una vez el resultado supera, con mucho, las expectativas. El argumento no se aparta del clásico: Beowulf es un héroe que derrota al monstruo Grendel, pero luego la madre de Grendel (más fiera) viene para vengarse y la derrota también. Por fin es coronado rey y mucho tiempo después tendrá que luchar contra un dragón junto a su sobrino. La planificación de las viñetas, exquisita. Las frases del guión, enmarcables (¿Por qué vienes a morir tan lejos de tu casa? Por la gloria eterna, señor. El oro se gasta, la vida se acaba, sólo la gloria es eterna). El dibujo, impactante. Cómics como este seguirán haciendo indispensable el papel, porque en ningún formato electrónico se pueden apreciar las inmensas páginas dobles (bueno, quizás con tablets de 30 pulgadas). Un lujo para la vista. Más reseñas: “Beowulf”, de David Rubín y Santiago García. y Beowulf (Santiago García y David Rubín) Calificación: Muy bueno.