Sajalín, 2009, 2010. 414 páginas. Tit. or. No beast so fierce. Trad. Laura Sales Gutiérrez. Max Dembo sale de la cárcel dispuesto a hacer las cosas bien, buscar un trabajo honrado y alejarse de la delincuencia. Pero el agente de la condicional que le toca en desgracia le pone las cosas difíciles y la cabra acabará tirando al monte. Se va deslizando de nuevo al mundo de la delincuencia, disfrutando del proceso. Una novela que viene recomendada por pesos pesados como James Ellroy y que no está mal pero no es para tanto. No diría esto de seguir vivo el autor, que fue delincuente en su juventud y que encontró la redención escribiendo y trabajando ocasionalmente como actor (fue mr. Blue en Reservoir dogs). No sea que le diera por hacerme una visita y romperme una pierna. Lo mejor es lo auténtico que suenan todas las desventuras del protagonista, pero aunque el estilo no está mal (he leído escritores consagrados que lo hacen mucho peor) tampoco es para tirar cohetes. Pero se disfruta la lectura. Bueno. —Quiere que todo el mundo sea igual que él. La gente es diferente. Hasta yo lo sé y eso que soy un drogata y…
Sajalín, 2010. 126 páginas. Trad. Montse Watkins. Diario de un viaje a los infiernos, desde una niñez apacible donde el protagonista es un niño travieso y divertido, pasando por una juventud disoluta donde los sueños de ser pintor se verán truncados y acabando en una madurez en la que el alcoholismo hará estragos. Lo mejor es la descripción de los sentimientos del protagonista, incapaz de encajar en la sociedad donde se encuentra siempre fuera de sitio, al que le cuesta relacionarse. El alcohol le sirve para paliar esa incapacidad, pero a la vez lo conduce a una existencia sin sentido, haciendo desgraciado a quien se junta con él. Desasosegante, crudo, triste, desolador. Era muy diferente a dormir tranquilamente en los brazos de aquellas prostitutas idiotas; ellas eran alegres. La noche que pasé con la esposa de aquel delincuente acusado de estafa fue muy feliz y liberadora. Imagino que no volveré a usar en estos cuadernos unas palabras tan decididas y sin vacilación. Pero sólo duró una noche. Al abrir los ojos por la mañana, me levanté de un salto y volví a ser el bufón superficial de siempre. Los cobardes temen hasta la felicidad. Pueden herirse incluso con el algodón….
Sajalín, 2011. 112 páginas. Tit. Or. Bildnis der Mutter als junge Frau. Trad. Lidia Álvarez Grifoll. Una joven embarazada recorre las calles de roma en un sábado de enero de 1943. Su marido ha sido enviado al frente de África y ella se dirige a la iglesia para escuchar un concierto. Por el camino reflexiones, recuerdos y realidad cotidiana teñida de poesía. Unas breves páginas, un acontecimiento trivial le sirve al autor para escribir esta pequeña joya que acaba con unas páginas de intenso sentimiento y que con un lenguaje poético nos describen ese pequeño trozo de vida de la madre del autor que, posiblemente, transcribió en una carta. Delicioso. Esta sensación la he vivido yo: y se asombró ante el milagro de que Johann Sebastian Bach, con una sola cantata y doscientos años después de su época, comprendiera y expresara y mitigara ofreciendo consuelo el sentir de una mujer de veintiún años, embarazada y sola, desplazada desde el Báltico hasta el Mediterráneo, en estado de buena esperanza en medio de una terrible guerra, y eso no solo en su caso, tal vez había simplemente demasiadas leyes y disposiciones, cuántas personas podían sentarse a una mesa y cómo había que…
Sajalín, 2011. 114 páginas. Tit. Or. Mein ist die Rache. Trad. Lidia Álvarez Grifoll. Incluye la novela corta que da título al libro y el relato ‘El regreso del Golem’. Un hombre de unos cuarenta años espera en vano en el muelle de Nueva Jersey. Tiene una historia trágica detrás: estaba recluido en un campo de concentración relativamente benigno. Hasta que llegó un nuevo comandante brutal y sanguinario. Publicado en 1943 fue una de las primeras narraciones sobre el Holocausto. Terrible la decisión del protagonista y retrato de la brutalidad de una época infame. Su ardiente susurro había cortado el silencio de un modo cada vez más inquietante y había penetrado en la oscuridad, donde algunos se habían enderezado y escuchaban inmóviles; nosotros, los que estábamos bajo la luz cada vez más mortecina también nos quedamos inmóviles, solo Brenner bajó la cabeza al preguntar en voz baja y con una desesperación despojada de toda esperanza: —¿Nuestra venganza? ¿Cuándo nos hemos vengado nosotros} —Levante la cabeza —dijo Aschkenasy con una seguridad enorme, y alzó sus manos abiertas como si quisiera ayudarlo—. Es nuestra venganza y nos vengamos constantemente: porque existimos y todavía seguimos existiendo. Todavía… Y no clamamos venganza al Señor…