Mondadori, 2004. 334 páginas. Tit. or. Satan wants me. Trad. Javier Calvo. Finales de los años sesenta. Un joven sociólogo ingresa en una secta ocultista mientras prepara un estudio sobre las conductas infantiles en los patios del colegio. La secta va ocupando cada vez más presencia en su vida hasta que tiene que separarse de su novia, ir a vivir a la sede de la misma e irá descubriendo que es especial. La contraportada, donde se suelen acumular frases elogiosas a veces sacadas de contexto, apenas lucía un par de frases no excesivamente entusiastas. Esto debería haberme hecho sospechar. La primera parte del libro, con las andanzas del protagonista introduciéndose cada vez más en la secta, se me hicieron eternas. Como se dice en el fragmento que dejo de muestra, menudo peñazo. La estructura en forma de diario me ha resultado increíble desde el minuto uno, y ya te imaginas que no es una narración fiable. El lenguaje me ha recordado a un Martin Amis descafeinado, y las peripecias del protagonista no me interesaban lo más mínimo. La segunda parte, un delirio de drogas (que, una vez más, encajan mal con la decisión del autor de que todo sea un…