Los tiempos están cambiando. No sabemos para dónde, como decíamos en El futuro ya no es lo que era, pero vivimos en tiempos interesantes. Antes, si uno tenía una buena idea para un programa de televisión tenía que tener los contactos, convencer a los productores, a las cadenas, procurar que la idea no se perdiera por el camino… Ahora todo lo que hace falta es rodarla, editarla y publicarla. Es lo que han hecho varios talentos de la blogosfera para producir las Reflexiones de repronto. De periodicidad semanal ya van por su sexto capítulo y tienen -si no me equivoco- rodados hasta diciembre. Los títulos de los emitidos son los siguientes: Infierno y paraiso ¿Tiene relación la pornografía con Barrio Sésamo? Parece ser que sí. Como curiosidad una semana antes de verlo le regalé a Neus un libro titulado como la película que aparece en este capítulo: Suecia ¿infierno o paraiso? Programa de futuro Si la ciencia ficción no es capaz de adivinar el futuro ¿Es posible encontrar alguna utilidad para la vida práctica? Los políticos tienen mucho que decir. Identidad secreta ¿Es el fascismo y la violencia la esencia de los superheroes? El doctor Repronto no se conforma con…
Se queja mi admirado escritor William Gibson de que El futuro ya no existe, cito de una entrevista en El Navegante: En mis últimos tres libros tenía la sensación de estar construyendo más un presente alternativo que un futuro imaginario Parece que los acontecimientos van tan deprisa que renuncia a intentar adivinar el futuro, tal y como comentan en Papel en Blanco. ¿Vivimos en una novela de ciencia ficción? Cuando me enteré del atentado de las torres gemelas yo también pensé que parecía sacado de un guión cinematográfico. Cuando leo artículos como este sobre la wikipedia me parece increíble ¿miles de personas trabajando gratis escribiendo y manteniendo artículos? Ciencia ficción. Que gracias a un algoritmo Sergei Brin y Larry Page en apenas 10 años hayan construido una empresa valorada en 187.200 millones de dólares no se le podía haber ocurrido ni al más disparatado escritor. Desengañémonos: la capacidad predictiva de la ciencia ficción está muy sobrevalorada. Ni tenemos ciudades espaciales, ni tenemos coches como estos, ni ordenadores inteligentes ni los extraterrestres han asomado la cabeza por aquí. Tampoco, por suerte, hemos vivido un holocausto nuclear, ni nos andamos comiendo unos a otros, ni tenemos que respirar con máscaras depuradoras -aunque…