Anagrama, 1986. 110 páginas. Un escritor que no escribe peleado con su mujer sale a la noche de Barcelona y un golpe de suerte le pone dinero en el bolsillo para poder correrse una buena juerga. A través de un chulo conocerá a una mujer rubia que trastocará su pequeño mundo. El autor colaboró en el guión de la película del mismo nombre y lo pasó a novela. Certero dibujo del Raval en los años 80, un mundo al margen que todavía puede verse a pesar del desarrollismo metido con calzador. Es uno de estos casos en los que la vida del autor es casi más interesante que la de sus personajes, que se movían en el mismo ambiente. Recomendable. Pero la cogí. —Ven aquí, muñeca —le dije—. Quiero que conozcas mi nuevo ataúd importado de Transilvania. Estaba a punto de besarla, cuando pude ver que el rostro de Marta había vuelto a cambiar. Pasaba de la risa al llanto como quien cambia de acera. —¡Quítame las manos de encima! —aulló, separándose con violencia—. ¡Estoy harta de que me toquen! —Pero, Marta, si estábamos jugando… Marta se apartó de un manotazo el pelo rubio que se le caía sobre la…
Anagrama, 1084, 1988. 146 páginas. Segunda novela que leo de Raúl Núñez. Un portero de una pensión de mala muerte se apunta a un club de amistades por correspondencia y por su vida empieza a desfilar una galería de personajes que lo traerá a mal traer. Una señora entrada en años con un hijo macarra, un ex presidiario, una menor con un muñeco que cree que es su hijo, un camarero travesti, un iluminado religioso e incluso una enana. Mucho mejor que La rubia del bar destaca en el retrato de sus personajes marginales perdidos en un barrio chino donde todo es sórdido pero a la vez acogedor. Donde nadie es juzgado y sobrevive como puede, y donde no falta la ternura y la amistad. Muy recomendable. —¿Puedes mirarme a los ojos, Antonio? Sinatra se vio envuelto en una nube de perfume homicida que olía a plátano químico. Su cabeza se puso a dar vueltas. Otra vez la había cogido fuerte. Se preguntó qué haría su mujer exactamente en aquei momento y por qué no estaba a su lado. Ante sus ojos giró la triste rueda de un parque de diversiones desolado. Vio la cabeza calva del muñeco apoyada en…