Plot, 2008. 160 páginas. Un libro que nace desde el desconcierto que provoca un suicidio, el de su amigo el escritor Chusé Izuel, con la eterna pregunta de los que quedan detrás ¿Como no supimos verlo? Reflexiones, fragmentos de cartas y de cuentos, ejercicio de memoria para retratar a una persona desesperada, amargada por una relación rota, y un sin fin de preguntas que quedarán siempre sin respuesta. Leí este libro porque he escuchado -y lo sigo haciendo- al autor en la radio. Murió prematuramente con 41 años y aunque hace tiempo que leí algo suyo que no me gustó demasiado -igual que este libro- me sentía en deuda con él, por lo mucho que disfrutaba de sus intervenciones, siempre optimistas, siempre frescas en diferentes programas de radio. Ya he reservado el único libro de Izuel que hay en las bibliotecas de Barcelona, que casualmente está en mi biblioteca de referencia. Poco podemos hacer por los muertos aparte de recordarlos y, si fueron escritores, leerlos. Bueno. En Antagonía hay una frase que empieza: escribir como pensar perfeccionado, y para mí es eso: escribir es un pensar perfeccionado cuando he escrito una cosa que no es una abstracción, una verdad en…