Primer Acto, 2006. 230 páginas. No se imaginan la alegría que me da escribir el comentario sobre estas obras cuando ETA ha cesado su actividad. El conflicto vasco se ha cobrado gran cantidad de víctimas y ha dividido a una sociedad. Las tres obras que se recogen en este volumen dan fe de ello, y, por suerte, ahora nos hablan del pasado. Desde fuera se tiende a juzgar en blanco y negro: los de ETA y su entorno son unos asesinos. El bando contrario esgrimía argumentos similares. Pero la realidad tiene muchos más matices, como se descubre en estos textos. Un ejemplo: Cuando mi hijo Daniel, de 6 años, al año y medio del asesinato de su padre me preguntó: «¿Mamá, por qué no hacemos lo que quiere ETA para que no maten a más papas?», reconozco que me encontré sin respuesta. ¿Cómo explico a un niño de seis años, lo que es la democracia y que no se puede ceder, aunque haya costado la vida de su padre? A mi hijo Daniel, que con 14 años llevaba la foto de Franco en su cartera, ¿cómo le explico que la dictadura de Franco era otro fanatismo? Cuando leí este libro…